Prosperando En El Mundo De Las Bestias

23.

Capítulo 23: Meng Ze

Cain llevó a Su Tang antes de apresurarse a ir a la cueva de Meng Ze.

Explicó con cara seria: "¡Es más rápido si te llevo!"

¡Su Tang se acurrucó obedientemente en los brazos de Cain con su rostro sonrojado!

¡Se decía a sí misma que él sólo estaba tratando de salvar a los miembros de su tribu y no pensar demasiado en ello!

...

En dos respiraciones, llegaron a la cueva de Meng Ze.

¡Yuanyuan se alegró instantáneamente de verlos mientras limpiaba el cuerpo de Meng Ze!

"Tangtang, echa un vistazo a Meng Ze. ¡Lo he estado limpiando sin parar, pero todavía se siente caliente!

Cain bajó a Su Tang sin prisas.

"Caín, ¿puedes lavar las hierbas rápidamente?"

Después de que Cain se fue con las hierbas, Su Tang examinó a Meng Ze.

Su situación era la misma y sufría fiebre debido a una infección.

No pudo encontrar ninguna hierba antiinflamatoria en el bosque, pero era una prioridad máxima bajar la fiebre, por lo que se apresuró a regresar primero.

Su Tang vio la mirada preocupada en los ojos de Yuanyuan, que no quería molestarla, y sonrió mientras la consolaba.

"¡Está bien! Primero bajemos su temperatura. Prometo que Meng Ze estará bien, ¿de acuerdo?

Yuanyuan asintió con fuerza. "Bueno. ¡Tangtang, confío en ti!

Sin embargo, ¡las lágrimas corrían por su rostro mientras hablaba!

Meng Ze levantó la mano débilmente y secó las lágrimas del rostro de Yuanyuan. "No llores. ¡Estoy bien!"

¡Yuanyuan lloró aún más fuerte!

"¡Meng Ze, tengo mucho miedo! ¡No mueras! ¡Prometo ser bueno de ahora en adelante!

Meng Ze apretó los dientes y levantó la mano para acariciar la cabeza de Yuanyuan. "¿No prometiste ser bueno? Entonces deja de llorar. ¡En el momento en que lloras, me duelen las heridas!

Su Tang también sintió ganas de llorar. Inhaló profundamente y dijo: "No llores, Yuanyuan. ¡Si tus lágrimas caen sobre la herida, empeorará su condición!

Yuanyuan instantáneamente dejó de llorar.

"¡Bueno! ¡No lloraré! ¡Dejaré de llorar!

Su Tang suspiró mientras se levantaba y sacaba todas las castañas de sus bolsillos antes de entregarle la túnica blanca a Yuanyuan.

"Yuanyuan, ¿puedes lavar esto? ¡Lo usaremos para vendar las heridas de Meng Ze más tarde!

Yuanyuan estaba atónito y vacilante.

"Pero esto te pertenece..."

Su Tang agitó la mano con indiferencia. "Está bien. Seguir. Si no tenemos vendajes limpios para sus heridas, no podrá recuperarse".

Yuanyuan sollozó y dijo: "¡Está bien! ¡No te preocupes, Tang Tang! ¡Después de que Meng Ze se recupere, haré que cace algunos Firefox para que puedas tener el pelaje!

Su Tang sonrió dulcemente y dijo: "¡Está bien! ¡Seguir! Después de lavarlo, sécalo junto al fuego. ¡Solo podemos usarlo cuando esté seco!

Después de que Yuanyuan se fue, solo Su Tang y Meng Ze permanecieron en la cueva.

"S-Su Tang, ¿eres un sanador?"

Su Tang asintió. "UH Huh. Un poco. ¡Aprendí medicina, pero tú eres mi primer paciente!

Meng Ze yacía con la cabeza inclinada. Su cara estaba inusualmente roja debido a la fiebre.

"No tenemos un sanador en la tribu. Aunque no sé cómo terminaste aquí, nuestra tribu te tratará bien. ¿Puedes quedarte?"

Su Tang entendió las preocupaciones de Meng Ze a pesar de que era nueva en la ciudad.

Ella asintió y dijo: "No te preocupes. Estoy perdido, así que no puedo volver con mi tribu. ¡Probablemente me quedaré aquí de ahora en adelante!

Meng Ze pareció detectar la tristeza de Su Tang, por lo que la consoló gentilmente: "¡Nuestros miembros de la tribu son muy amables, así que no te preocupes!"