"No te entiendo"
Aquella frase rondaba por la cabeza de Sarah desde el momento en el que había abandonado su departamento por algo de aire fresco. Como era de costumbre, para ello utilizaba un abrigo e incluso un par de anteojos con el que pasar desapercibida.
Mientras arrastraba los pies obligándose a caminar con la idea de dejar pasar aquellos sentimientos, seguía escuchando esa voz repetidamente en su cabeza.
Esa voz.
La voz de quien creía el amor de su vida, que lograba calmarla, que la había visto en su peor momento y aún así, la había apoyado.
Si, esa voz no la entendía.
¿Cómo llegaron a ese punto?
La noche anterior habían ido a un restaurante italiano para tener una cita romántica que ni siquiera se sentía como tal porque no había nada romántico en ella.
"¿Salir con tu pareja a cenar es considerado una cena romántica?"
La duda la distrajo un momento.
Intentó repasar los acontecimientos de a poco para tener una idea de cómo transcurrieron las cosas.
—Y... ¿Dices que quieren hacer una gira de 3 años?—Patrick rompió el silencio mientras degustaron la pasta.
—No, no quieren, yo quiero. Extraño volver a los escenarios, Patrick, de verdad y siento que es el momento indicado... puedo hacer algo innovador y extraordinario con todo lo que ocurrió. Quiero que mi música y mi imaginación se compaginen.—Intentó explicarse.
Hubo unos minutos silenciosos entre ambos, el ruido de los cubiertos solo lo volvía más incómodo.
"¡Di algo!" Gritaba su mente, más sus labios seguían sellados.
—¿Y que pasará con nosotros?—Patrick ni siquiera levantó la vista del plato.
Incrédula estaba.
La pregunta sin duda la había tomado por sorpresa y fue como un balde frío directo a su cuerpo. El no se esforzaba, no decía "te apoyaré en esto" o "haremos que funcione." Simplemente la hacia elegir, al igual que siempre.
Ni siquiera comprendía porque tendría que elegir, solo por el hecho de que se fuera de gira. En cuyo caso sabía que las relaciones a distancia eran difíciles pero no imposibles y ella hacia mucho se sentía comprometida a su relación pero desde el momento en el que Patrick demostró su desinterés a las cosas que le importaban a ella, comenzó a darse cuenta que era la única allí que cedía.
O quiso darse cuenta en ese preciso momento.
En septiembre habían "hablado" del tema futuro, matrimonio e hijos.
Por supuesto, hace mucho ella se encontraba ilusionada con el tema. No porque Patrick le diera señal alguna de que guardaba una pequeña caja en su bolsillo. Si no, porque era algo que soñaba desde niña.
Comprar un vestido largo, con flores, decorado de tul y corte corazón.Si, sabía exactamente lo que quería.
De hecho, hasta había anotado la boutique donde trabaja el diseñador que quería que hiciera el vestido.
Desafortunadamente ese 20 de septiembre tuvo que enterrar la idea de que algún día caminaría hacia el altar con ese vestido porque Patrick, decidido le confesó que a él no le interesaba casarse. Creía que el matrimonio era un contrato que te metía solo a la legalidad del asunto. Para el, no valía la pena.
Sarah pensó en los últimos años, a decir verdad, duraron mucho, ninguna otra relación de ella había durado tanto. Acostumbrada estaba de su presencia y de su amor. Sarah pensó que tal vez tenía razón, no valía la pena casarse.
Se autoconvencia cuando lo miraba.
—Creo que en parte tienes razón, no hay papel que pruebe cuanto nos queremos.—Dijo con una pequeña sonrisa de lado.
Era falsa, solo bastaba ver sus ojos para descubrir el dolor en sus palabras. Dolor que soportaba porque lo amaba. Patrick no se dio cuenta porque miró al suelo, teniendo algo más que confesar.
No quería hijos.
"Hijos."
Si, esa otra cosa con la que había soñado un par de muchas ocasiones.
—Podemos resolverlo... tal vez no ahora.
Fue lo único que Sarah logro decir, Patrick no habló, solo se silencio así mismo.
Y ahí terminó la charla.
En la cena, Sarah jugó con la comida mientras pensaba que responderle, de verdad ella no podía creérselo.
—Creo que depende de ti esta vez, no se que otra cosa podría hacer yo. Lo siento si eso de alguna forma influye en... nuestra relación pero de verdad quiero volver a los escenarios, Patrick.—Sonó hasta como un ruego.
Patrick sólo respondió con un corto "bien."
Él no la había abandonado como sus ex-parejas, tampoco la lastimó diciéndole cosas hirientes o haciendo actos hirientes.
Ese mismo Diciembre descubrió que, el silencio era igual de hiriente o peor que cualquier insulto, injuria o golpiza.
El silencio; aquella arma de doble filo que solo logra hacerte una cosa: sobrepensar.
Y gracias a qué sobrepensó mientras recorría las calles de Londres, se dío cuenta de que habían llegado a ese punto desde hace mucho.
No desde que le había dicho que le diga que no se vaya de gira, no desde que le había gritado que le demande alguna cosa o refute con lo que sea que le venga a la cabeza, no, no desde ese momento, si no, desde hace mucho.
El amor ciega, tal vez más de lo que uno puede imaginar pero concluía que era su culpa, ella decidió darlo todo de sí misma a alguien que no le decía algo, lo que sea, para poder quedarse con ella.
—No me entiende.—Pasó una mano por su rostro, intentando no llorar mientras procesaba mejor esas palabras, esas tres palabras que la habían dejado descolocada.
"Soy patética" pensó al intentar no llorar en la calle por un hombre.
Inhaló y exhaló aire.
Tenía que irse de aquella ciudad, lo más rápido posible.
También la estaba matando el silencio de Londres.
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Hace mucho no me aparecía por aquí y este proyecto en sí me tiene muy emocionada e inspirada.
Creo que es obvio que me inspire en cierta artista y cierto deportista.
Espero que les guste mucho, nos leemos pronto en el primer capítulo. 🥺🫶🏻
—Andy.
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Broken Pieces.
RomanceCostumbre. Rutina. Monotonía. Así se había vuelto la vida para Sarah Davis. Una cantante estadounidense que estaba por empezar dentro de unos meses su gira mundial. ¿Que era lo que la tenia estancada? La razón se hallaba a su lado en la cama. Dice...