Un mundo sin Rachel Phantomhive

Parte 1 : Borrada

Mansión Durless

Una mañana, Angelina Durless de 15 años, despertaba de una pesadilla o mejor dicho, de un futuro nefasto para ella, donde era Jack El Destripador y Grell, el shinigami, la asesinaba. Pero ahora, estaba aquí con 15 años, la muchacha sudaba en frío y le costó reconocer donde estaba, pero cuando se dio cuenta que era su habitación de niña corrió a verse en el espejo. Otra vez tenía 15 años.

— Buenos día señorita -- dijo una sirvienta

— ...Buenos días...¿Qué día es hoy? -- pregunto Angelina

— 8 de agosto de 1873 -- respondió la sirvienta

8 de Agosto de 1873, una semana antes de que ella conociera a Vincent Phantomhive y que Rachel arruinara su vida ¿ Porque había regresado? ¿Para que debía volver a vivir esta amargura otra vez?

— ¿Ya esta despierta mi hermana? -- pregunto Anne

— ¿Hermana? ¿Cuál hermana? -- pregunto la sirvienta confundida

— Eh?

— Usted es hija única ¿Se encuentra bien señorita?

Anne no podría creer lo que escucho ¿ella no tiene hermana? ¿Rachel había desaparecido? o ¿Rachel nunca existió y es un producto de su imaginación? ante esto Anne corrió a la habitación de Rachel pero solo era una habitación vacía, pero en el piso había una carta dirigida para ella.

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Querida Angelina Durless

Esto no es un sueño, sino la realidad, tu hermana a sido borrada de la existencia. La sola existencia de Rachel solo significa dolor para ti y muchos, por eso la eliminamos y sabemos que la odiabas y con razón, ella si arruinó tu vida, pero ahora tienes otra oportunidad, en esta vida tendrás hijos y un amado esposo, que es tu persona destinada. Esa persona no es el Conde Phantomhive o el Barón Brunnett, pero te prometo que serás feliz si nunca lo amas, él no es para ti pero el hombre que conocerás muy pronto si, no puedo contarte más ya que tu debes vivir estas experiencias, te aconsejo que quemes esta carta ya que nadie debe saber que existió Rachel.

atte

Un amigo

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Anne no podía creer lo que decía la carta, pero aun así una sonrisa se dibujo en su rostro, se sentía tan feliz de que Rachel no arruinara su vida. En cuanto a las sirvientas, estaban muy preocupadas por su señorita, ya que había entrado a esa habitación vacía. Pero les dijo que estaba bien, y que solo soñó que tuvo una hermana. Mas tarde esa noche, quemaría la carta como le recomendaron hacer.

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3 días después

Anne se había acostumbrado a ser hija única, hasta había hecho cambios en su apariencia. Ya no se vestía tanto de rojo, también usaba otros colores; había cambiado su peinado, ahora usando un peinado basados en los que usaba la emperatriz de Austro-Hungría; y dejo de usar maquillaje tan oscuro y rojizo, ahora usaba colores neutros. Este cambio le hacía resaltar su belleza, invisibilizada por tanto maquillaje rojizo y exagerado, y sumado a su encanto e inteligencia, la hacia muy popular en la sociedad y con los hombres. Recibiendo el apodo de " Ojos del amanecer".

En 

— Escuche que la nueva esposa del Conde de Phantomhive es muy hermosa y encantadora -- comento lady Lidya, la madre de Anne

— Eso he escuchado -- dijo Anne

— Nunca creí que el soltero más codiciado de Londres se casaría y con una princesa turca, aunque me enoja un poco

— ¿Y eso por qué?

— Me hubiera gustado que se casara contigo

Anne no se esperaba esto, puede que parte del antiguo pasado de su madre, sin que ella lo supiera o recordara a Rachel, no hubiera desaparecido y al parecer quería que ocupara el lugar de su ex hermana. Rachel. Casi no pensaba en ella como si de verdad nunca haya existido. Angelina, en vez de ponerse triste o sentir que su corazón dolía por Vincent, la chica se enojo.

— ¡Mamá! ¡No digas eso por favor! -- dijo Anne avergonzada

— Tranquila, solo decía

— Pues no me gusto para nada

— Aun Así visitaremos a los condes este viernes -- le informo su madre

— ¡¿Qué?! -- esto Anne no se lo esperaba

— Nos han invitado a una fiesta de té en la mansión Phantomhive, creo que te gustara socializar y conocer a la condesa

— Pero...

—Sin peros -- dijo Lady Lidya con una sonrisa picara

A veces Angelina no entendía a su madre.

Después de esa incomoda situación, Anne fue a buscar los libros sobre anatomía humana que había pedido. A pesar de que Rachel no existía, su amor por la medicina seguía intacta y en esta vida también quería ser una doctora. Luego se puso a pensar en todos los cambios que ocurrieron sin Rachel: Lady Frances no se caso con el marqués Midford y se dedico a la política, aun estaba soltera, pero no parecía importarle ya que logró conseguir el voto femenino y la educación para las mujeres, parecía muy feliz con eso, tal vez la maternidad no era para ella; el Marqués Midford se casó con una mujer italiana llamada Isabella Fortuna, con quien tenían un hijo llamado Edward. Por otra parte, el rey Albert nunca murió y gobernaba felizmente junto a la reina Victoria; había un nuevo Primer ministro, llamado Ash Landers, que junto a su esposa Angela, eran muy populares con la gente; el barón y la baronesa Kelvin, abogaban por los derechos de los niños y su educación, hasta habían fundado 4 hospitales para niños; y que el conde Devon Trancy se había casado con una mujer turca, llamada Mahidevram Osmalí, de seguro pariente de Hurrem.

Eso pensaba cuando de repente, casi tropieza con un joven muy guapo de 18 o 19 años: tenía piel clara, ojos grises como los de un conejo, usaba lentes que lo hacia ver más interesante, su cabello rubio es de longitud promedio y está peinado con un largo flequillo lateral. Vestía muy bien y elegante, lo que significaba que era de dinero.

— Lo Siento señorita -- dijo el muchacho

— Oh... descuida, no es nada

— Es bueno escuchar eso señorita...

— Angelina Durless pero todos me dicen Anne

— Es un placer conocerla señorita Anne, mi nombre es Bruce Hereford -- se presento Bruce

— ¿Es pariente de los condes Hereford?

— Son mis padres

Bruce y Angelina tenían mucho en común, y ambos amaban la medicina. Con él tiempo, Anne supo que era él. Su persona destinada, al que amaría y sería padre de sus hijos, por fin lo había encontrado. Desde entonces de eso comenzaron a pasar más tiempo. Era amor, por fin Madame Red era feliz.