Al ritmo del violín

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¡Buenas! 

Os traigo un one-shot que escribí hace tiempo basándome en unas imágenes de la artista SMILE de Twitter. Espero que os guste. 


Izuku miraba desde la ventana de su nueva habitación preguntándose qué podía hacer para pasar el tiempo. Su nueva casa era maravillosa, pero se sentía descolocado con tantos lujos a su alrededor.

Su madre se había vuelto a casar años después de que su padre, Hisashi Midoriya, muriera, y su nuevo padre, Toshinori Yagi, había puesto su mayor esfuerzo en que no les faltara de nada.

Izuku estaba acostumbrado a una vida modesta y una casa pequeña con pocas ostentaciones. Caminar por aquella casa llena de obras de arte le daba un poco de ansiedad por si tocaba algo y lo rompía. Por eso había pedido que en su habitación no hubiese nada que tuviera excesivo valor. Con una cama, un escritorio y su antiguo equipo de música con el que poder ensayar era más que suficiente.

Miró sus zapatillas de ballet con preocupación. Al día siguiente tendría lugar su primera audición para entrar en la Escuela más importante de artes escénicas del país. Debería estar practicando, pero quería tener los pies descansados para dar lo mejor de sí.

—Podría ir a la piscina —se dijo.

Hacía bastante calor y un baño podría tranquilizar sus nervios.

Así que se puso el bañador, cogió la toalla y bajó las escaleras.



Katsuki limpiaba la piscina con un humor de perros. Hacía un calor horrible y allí estaba él, bajo el sol mirando el agua clara con envidia. Empezaba a arrepentirse de ese trabajo que le había conseguido Kaminari.

Sí, necesitaba el dinero, pero también necesitaba descansar, y compaginar las clases del conservatorio con aquel tipo de trabajos acababa con sus energías.

—"Oh, Katsuki, ¿no eres fan de Toshinori Yagi? ¿No sería genial trabajar para él?" —imitó la voz de Denki. Por supuesto que era fan del gran Toshinori Yagi, el mejor concertista de violín que había dado su país, pero no era aquel el trabajo que esperaba cuando se lo había propuesto. Pensó que sería una especia de ayudante personal del violinista, no su criado—. ¡Vete a la mierda! ¡No voy a volver a hacer este trabajo nunca!

—¡Oh, lo siento! —escuchó una voz a sus espaldas. Se dio la vuelta, y vio a un chico de una edad parecida a la suya cubierto por una toalla—. No me había dado cuenta de que no habías terminado de limpiar. Puedo volver después...

Katsuki lo observó detenidamente. Tenía el cabello alborotado, los ojos verdes y las mejillas llenas de pecas. Era el chico más lindo que había visto en mucho tiempo, pero si vivía en esa casa quería decir que era un niño mimado y consentido, de esos a los que le daban absolutamente todo y que conseguía las cosas sin esfuerzo: uno de esos pijos a los que Katsuki definitivamente no soportaba.

Impostó en su rostro una sonrisa.

—¿De qué estás hablando? —le preguntó—. Vives aquí, ¿no? No permitas que te asuste.

Katsuki sabía la impresión que podía dar a los de su alrededor con su brazo tatuado y sus piercings. Pocos le creían cuando les decía que estaba estudiando en la Escuela de artes escénicas UA porque quería ser violinista.

El chico miró a un lado y a otro, decidiendo qué hacer.

—Realmente no me importa volver más tarde —dijo. Su voz era suave y estaba llena de timidez—. No quisiera molestar.

Al ritmo del violín (Bakudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora