Un día normal como cualquier otro, incluso más lindo que los usuales, hacía un buen clima y todo era muy lindo y pacífico, lastima que hay personas demasiado amargadas que no pueden ni disfrutar esto.
Luzu caminaba como de costumbre por las áreas de descanso de su escuela, con la pequeña diferencia de que se encontraba más que destrozado por lo que había pasado hace unos momentos con los que creía eran sus amigos y novio (ahora ex novio).
Mientras caminaba sumergido en sus pensamientos encontró a alguien muy peculiar agachado con las manos en las rodillas, era alguien muy delgado, el pelo un poco largo y con un color azabache, un poco más bajo que el, pocas cosas de su apariencia podían mostrase visibles para ser juzgadas por el chico pelicastaño, pues aquel chico llevaba un gorro y su pelo cubría la mayor parte de su cara, aún así, era evidente lo que hacía -que asco- se dijo Luzu a si mismo.
Luzu se acercó cuidadosamente al chico y sujeto su pelo, ahí es donde logro reconocerlo. Era el chico nuevo de su clase, llevaba un poco más de 4 días en la escuela y no se acercaba a nadie, y debido a su apariencia, nadie intentaba acercarse a el, pues parecía una persona que al acercarse más de 2 metros a el te golpearía sin dudarlo.
-Que crees que haces imbécil?- dijo el chico de manera agresiva -sujetando tu pelo, a este paso se manchara de vómito, deberías de agradecerme- contesto el pelicastaño un tanto molesto, sin duda, era un completo día de mierda para el.
Cuando el chico de cabello azabache termino de vomitar hablo un poco nervioso y apenado -gracias, aunque no era necesario- e intento alejarse rápidamente -a dónde crees que vas? Por qué estabas haciendo eso?- pregunto Luzu
El chico se quedó parado mirándolo con un ceño fruncido bastante pronunciado, pues no quería responder esa pregunta -no te interesa, quien te crees?- dijo con un tono de voz que reflejaba su molestia
-soy el increíble chico que salvó a tu pelo de vagabundo parecerlo más- dijo con un tono de burla -ugh, que idiota eres- dijo el chico nuevo que se notaba más frustrado
Justo cuando Luzu iba a decir otra palabra, la campana sonó indicando que las clases comenzarían nuevamente
-vamos juntos, si?- dijo el pelicastaño a su compañero, y el, para su buena suerte o su infortunio no pudo negarse pues estaban en la misma clase y tomarían el mismo recorrido.
El camino fue un tanto incómodo, pues por muchas preguntas que hacía Luzu el chico se limitaba a contestar de manera cortante con respuestas cortas como "si" o "no" y aveces ni siquiera respondía. En un punto, Luzu harto de la situación solo decidió quedarse callado por el resto del recorrido
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El chico trataba de no parecer nervioso, pues era la primera vez que alguien se acercaba a él en esa situación sin burlarse o sentirse asqueado, no tardó en reconocer al chico en cuanto lo vio, era un chico de su nueva clase llamado Lusu o algo así, era el chico más lindo que jamás haya visto, era delgado, tenía pómulos pronunciados y unos lindos ojos color rubí que te atrapaban con solo una pequeña mirada, era más que hipnotizante. Aveces solía verlo en clase y no podía apartar la vista, era como un amor platónico y que de repente se le acercara fue muy inesperado y se sintió un poco avergonzado que en el momento que el se acercó tuvo que verlo en esa situación, pero sintió una sensación rara en el estómago al ver que por primera vez alguien no se burló o sintió asqueado de el por vomitar, e incluso lo tomo con una gran calma.
En el camino a su clase se sentía muy nervioso pues Lusu tenía una voz grave que lo hacía sentir cosas raras y le costaba responder a sus preguntas, y aún tenía ciertas dudas de la razón de porque de la nada se acercó a el, así que quería mantenerse lo menos vulnerable para que el no intentará hacer cosas más adelante como golpearlo o situaciones así que ya habían pasado en su anterior escuela, recordaba que la persona que considero su primer amigo solo lo uso para manipularlo y utilizarlo excusandose con su supuesta "amistad", fue algo doloroso que le costó mucho superar.