Capítulo 4

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La noche había pasado, una de las mejores noches que ha tenido en su vida sin duda, se había entregado en cuerpo y alma a SU hombre, al igual que él lo hizo con ella; los mugiwaras no entendieron la razón por la que sus nakamas no se presentaron para la cena, no hasta que los usuarios de haki de observación se percataron del lugar donde se encontraban ambos, esa noche todos, a excepción de la pareja, brindaron por los futuros reyes piratas, siendo destacable como cierto cocinero había agrietado su copa, pero no era nada que una pelea con el marimo no arregle.

El sol entraba por la ventana iluminando el rostro de la peliblanca, quien se froto el rostro con su brazo libre, centrando su mirada en su pareja que se encontraba descansando entre sus pechos, abrazándose a su cuerpo y era sostenido por su otro brazo. Ella sonrió ante la escena, rememorando todo lo sucedido en su vida, desde los días en los que escabullia en los inicios de los piratas bestias hasta llegar a su padre y trepar por su capa hasta su nuca, siendo atrapada por Kaido y colocada en su cabeza, sujetándose de los cuernos de su padre sin parar de reír, hasta los días que pasó en cautiverio, sintiendo en todo momento que moriría de hambre, el día que se encontró con Portgas D. Ace, el momento en su vivre card se consumió en cenizas anunciando su muerte, hasta la derrota de Kaido, finalmente llegando al momento en el que se encuentra actualmente. Con delicadeza comenzó a rascar su cabello sacándole una sonrisa a su novio, aparentemente lo calmaba. Permaneció así por un par de minutos más, hasta que los rayos de luz que se colaban por la ventana cubrieran su rostro, arrugó su rostro en una tierna expresión de molestia antes de abrir los ojos lentamente.

- Buenos días.- Esa voz... Sonaba tan familiar, hacía mucho tiempo que no la escuchaba. Al abrir sus ojos por un momento pudo distinguir una silueta de cabello corto y oscuro, con finas facciones, no podía recordar donde la había visto. Lentamente su visión fue aclarandoce, distinguiendo por fin a su novia (ahora amante) con una calida sonrisa dirigida hacia él, las caricias en su cabello calmaban su mente, librandola de pensamientos innecesarios, sin darse cuenta que olvidó nuevamente el rostro de la persona que más lo amó. En un instante abrió los ojos; Yamato podría jurar que escucho un "click"; con su habitual actitud llena energía, listo para darle cincuenta vueltas al grand line para calentar; inmediatamente salto fuera de la cama cargando en brazos a su pareja igual que el día anterior, la sorpresa de esta era notable y comprensible, a penas tuvo tiempo de alejarse para evitar un posible cabezazo. - Veo que ya estas listo.- El capitán la soltó con cuidado en el suelo, tomó su mano y estaba listo para salir de la habitación para comenzar su día, de no ser porque ella logró sujetarlo antes de llegar a la puerta. - ¡Luffy, espera!- acto seguido Luffy volvió a su pareja gracias a su brazo de goma, una cara de confusión notable en su rostro. - No podemos salir sin ropa. - En ese momento el capitán presto atención a su ropa o más bien a la ausencia de la misma. - Además... Necesitamos un baño. - sinceramente la vergüenza que sentiría en ese momento habría sido bastante si no hubiera sucedido toda la fiesta de la noche anterior. Mientras se colocaban la ropa para irse al baño la oni dio un vistazo a la habitación hecha un desastre. - Ahora entiendo a lo que se refería Usopp. -

~En la cocina~

Los mugiwaras habían comenzado su día como siempre de la mejor manera, un desayuno casero del cocinero estrella "Pierna negra". Mientras disfrutaban de su comida se percataron del escándalo que se estaba provocando su capitán, esto era lo más parecido a un "aviso general" que tenían para saber de su presencia, en este caso indicando su despertar. Sanji quién ya había terminado de comer comenzó a preparar la comida de su capitán y su... ¿Vicecapitana? ¿Segunda al mando? Tendrían que discutir la jerarquía de mando en algún momento, aunque nunca lo admitiría en voz alta, Zoro había desempeñado ese papel bastante bien, más de lo que esperaba, por otro lado estaban Jimbe, Brook y Robin quienes tenían mayor experiencia en la piratería que ellos... Meh ya lo resolverán luego. Mientras el rubio se encontraba perdido en sus pensamientos, el espadachín noto la cantidad de comida mayor a la que usualmente le sirven al par de tortolitos, aunque al pensar en la razón de esto no pudo evitar reírse entre dientes, su capitán finalmente se había vuelto un hombre, tal vez le tendría envidia si no hubiera alguien esperándolo una vez que cumpla su sueño, una sonrisa nostálgica se asomó en su rostro recordando aquella despedida, inmediatamente siendo reemplazada por una sonrisa alegre al recordar las palabras de su capitán: "¡¡¡LO TRAEREMOS DE UNA PIEZA!!!". Solo él podía alegrarlo en un momento amargo como ese.

Ustedes son mi One Piece (Luffy x Yamato) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora