ME LLAMAN LA PATRONA

28 0 0
                                    


Queridas muñequitas, soy yo, K. Jedet, la artista ahora conocida como "La Patrona" o "The Doll". Hago uso de este grupo de difusión de Instagram para que mis m0ñequitas más allegadas estéis al tanto de mi vida antes de que lo veáis en la quinta temporada de Veneno: "Jedet", programada para 2025 tras "Piraña".

Gracias a la casa real española, ahora sabéis que mi vida y yo teneos una relación turbulenta, de esas con idas y venidas. Si lo tuviese que definir musicalmente ella y yo somos como la canción de Alizz y Amaria "El Encuentro", así que ya sabes Alizz, dame una CALL y produce algo con esta muñequita por ser tu musa.

Tras pasar unos años sin saber de las dos, Carla Vigo hizo que nos volviésemos a encontrar. Sin embargo, mi amiga sigue fría y distante. Siempre fantaseo con que ella se salta el protocolo vasco y se atreve a cogerme de la mano. Cuando esto ocurre en mis más húmedos sueños, me pregunto ¿qué vamos hacer? ¿Te acuerdas de cuando salió caca del tampón e hicimos la ouija en casa de la Yatekomo?

Como ya sabéis, soy una chica insomne -especialmente si no me tomo un par de STOP RESACA antes de beber un poco de whisky diluido en agua- y durante una de estas frías noches de otoño le escribí. Respondí a un stories suyo y le propuse un reencuentro, un comeback, una STUNT. Ella y yo, juntas en la Tagiatella, el restaurante del amor.

Etsi, mi Winnie, se hizo de rogar pero yo insistí: que si subo una stories de aquella famosa foto del 2017 o de esa noche cuando crucé una piscina con una pértiga para poder sacarme una foto con Javier Calvo y mi monstruo en la terraza del hotel Riu de Madrid, al más puro estilo Élite temporada 2. Estaba tan nerviosa que solo pude dormir escuchando el episodio de EiB donde el dulce timbre de voz de mi amiga locutaba una de nuestras mejores aventaras, esa en la que nosotras sufrimos de brutalidad policial en forma de arresto domiciliario en la térmica de Málaga. Todo por culpa de una orgía de galletitas con masa poco cocida.

Ya terminado el otoño, yo, como máxima ojos de rata que soy, me impacienté cuando escuché el último rincón de Anaju Txikia. En esta nueva edición de mi noticiero, mi amiga dijo que dará el brazo a torcer y que se piensa en cenar conmigo y la M. -aunque a mi esta lagarta otaku élfica me sobraba-.

Mis m0ñequitas, no os lo vais a creer. Ansiosa, recé lo no rezado a mi virgencita del rocío para que intercediese por mí para que mi Winnie y yo podamos tener otra noche de amor. Sin embargo, ella no venía a mí. Me dejaba en visto constantemente o me respondía con un Ah sí? Ah. La gota que colmó el vaso fue ver que ese persone asquerose, Luna Ki, se volvió a interponer entre nosotras.

No lo dudé en ningún momento. Sedienta de amor y envenenada por los celos, bajé al Primor de mi Granáh natal y fui junto a mi bruja romaní de confianza. Ella era todo un primor roneante: bien montada y producida, con un pelazo con víperos rizos leoninos y una profunda mirada mística proporcionada por sus ojos exocéntricos.

Fruto del desamor, mi bruja gitana hizo un amarre para que Winnie y yo podamos estar juntas sin Luna Ki. A cambio, ella se quedó con mi toto, que se fue cerrando mientras tomaba unos piononos de regreso a Madrid en un Alsa -por vuestra culpa, m0ñequitas, que no apoyáis mi música, no puedo permitirme el Ave-.

El amarre dio sus frutos y esa noche recibí una notificación en Instagram. "SUP: he hablado con la M. y esta noche podemos cenar en el Tagiatella las tres, ya sabes, por los viejos tiempos".

Pesto rosso pannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora