Parte única

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Era una noche helada, caminaba por el pavimento el cual estaba cubierto por la nieve. Una sonrisa adorno mi rostro, pensando en lo cliché qué era el hecho de que estuviera nevando en vísperas navideñas.

Utilizaba un terno negro bajo mi abrigo, junto a una bufanda color burdeo y unos botines no muy altos a juego. Iba en camino hacia mi hogar, en donde me esperaban mi hijo y mi esposo. Un poco más animado apure el pasó.

°•♡•°

Todavía a unas cuadras de mi vivienda, me dedique a observar las distintas casas ahora adornadas por luces y decoraciones navideñas. Rei un poco recordando lo emocionado que se encontraba Gary por decorar los interiores y exteriores de nuestra residencia. Finalmente cuando llege, pude notar lo mucho que había valido la pena el arduo trabajo.

Con mis llaves, pasé intentando no hacer mucho ruido. Era costumbre para mí entrar de manera sigilosa con el fin de poder pegarle un buen susto a mi esposo. Claro, que luego yo pagaba la cuenta, pero el momento era grato.

Lo que no esperaba era encontrar a un adolescente comiendo quien sabe que en mi sofá, viendo por quinta vez la saga de los juegos del hambre. En fondo sabía que Gary tenía la culpa de aquello, pero debía de admitir que las películas tenían su toque.

— Hola pa. — Saludó, pegado a la pantalla del televisor.

— ¿Y mi abrazo? — Pregunto claramente ofendido.

— Gary hace esa parte del trabajo. — Enfocó su mirada burlona en mi.

— Jaja, que gracioso. — Deje mis llaves en la mesita de entrada. — Hablando de Gary ¿Donde está? — Miro a mi único primogénito esperando una respuesta.

— Cocina. — Sin más le puso pausa a su película y se levanto del lugar, yendo en mi dirección. — ¿Feliz? — Dijo a su vez que me plantaba un fuerte abrazo.

— Más que feliz. — Revolvi sus cabellos azules, correspondiendo el afecto entregado.

— Bien, ahora debo ir al baño. — Se separó de mi, para empezar una pequeña carrera hasta el punto antes dicho, el cual se situaba en la planta de arriba.

— ¡Mucha información! — Sonreí al escuchar unas sonoras carcajadas.

De repente mi nariz capto un olor exquisito proveniente de la cocina. Desde mi lugar, me acerque al sitio para poder abrir la puerta.

Lo primero que captaron mis ojos, fue la bella figura de mi amado esposo. Noté que traía una bandeja llena de galletas en sus manos y un bonito delantal que tenía grabado "Thunder Bandit" en la zona del pecho.

De fondo se escuchaba la canción Last Christmas, en un volumen moderado. Me hice presente aclarando mi garganta.

— Buenas noches. — Vi como Gary me sonreía, dejando a un lado la bandeja de galletas.

— ¿A que se debe tu tan temprana llegada? — Bromeó acercándose a mi. — ¿Me extrañabas mucho? — Preguntó acariciando mis mejillas.

Asentí sin más, comenzando a ronronear. En un principio me avergonzaba el hecho de soltar tales sonidos frente a él. Pero luego comprendí que era una de tantas maneras para expresar que me sentía a gusto con sus palabras, caricias, y todo tipo de afecto entregado de su persona. Por lo que ahora solo me dedico a disfrutar el momento.

ᴍᴇʀʀʏ ᴄʜʀɪsᴛᴍᴀs, ʜᴏɴᴇʏ. 🎄●°•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora