Perro dócil - Alfred's playhouse fanfic.

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Perro dócil
Fanfic de Alfred's playhouse
Hecho por:
tu servidor Nutty

Una caminata por aquí y una caminata por acá, eran los principales erráticos movimientos de Alfred alrededor de toda la casa mientras simulaba estar en una tierra hecha de dulces en la que bailaba polka con un unicornio y otras criaturas mágicas de fantasía que habitaban su confusa cabeza. Como de costumbre no hacia esto muy en silencio, narraba en voz alta sus diversas aventuras viendo cosas que realmente no estaban ahí, era aquello lo que provocaba molestar en alguien más que también vivía en ese sucio y descuidado lugar… Labby. Labby molestó y cansado por los sonidos de Alfred y sus repentinos cambios de actitud o de movimientos fue a por una Correa junto a un collar que guardaba en uno de los muebles de la casa, la misma que utilizaba para sodomizar y “utilizar” a Alfred con normalidad; se acercó a Alfred sin hacer mucho ruido como al contrario él sí hacia, lo tomó de uno de sus hombros provocando que este se asustará y gritará, pero quedará congelado. Labby le puso el collar con firmeza alrededor del cuello al perro más joven junto a la Correa, se dio la vuelta y comenzó a caminar jalando de la correa indicando lo que deseaba, en este caso, que Alfred caminara de una buena vez. Alfred bajó las cejas y hizo caso como siempre, de todos modos, no es como que tuviera otra opción. Creía que este momento era como cualquier otro, sería puesto de rodillas y luego despertaría en otro lugar alejado de su hogar, pero… No fue así, vio como Labby se acercaba a la puerta de la casa y aquello lo asustó, no sabía que esperar, no sabía que sucedería, esto provoco que Alfred comenzará a temblar logrando que la Correa también temblará. Labby se volteó.

Labby
¿Qué pasa? ¿Acaso ya descubriste lo que haré contigo?

Alfred levantó sus orejas y miro directamente a los ojos a Labby recordando inmediatamente aquella ocasión en la que fue abandonado por este mismo. Alfred entró en desesperación queriendo escapar, comenzó a jalar de la Correa en dirección contraria a la que iban, esto era inútil, a comparación de labby el pequeño y Delgado perro no lograría forcejear de manera eficaz jamás, se dejó caer al suelo y comenzó a clavar sus pequeñas garras en el suelo como último recurso, sus garras rayaban el piso al no ser suficientes para generar un Real enganche, no es como si consiguiéndolo fuera a lograr algo bueno, lo único que iba a conseguir así sería arrancarse las uñas. Labby se detuvo por el sonido del arrastre, piso las patas de Alfred y gruñó molesto.

Labby
¿En serio crees que el adherirte así al suelo va a evitar que te saque de una patada de esta casa? Cada vez eres más tonto, Alfred.

Alfred no podía sacar de su mente los flashbacks de esa vez en la que fue abandonado, el comentario de Labby no era de ayuda, sólo llenaba su cabeza de más presión y estrés obligando a Pickles hacer acto de presencia, pero este no quería, Pickles no quería tomar el control, mucho menos Alfred, era una pelea interna de ambos para evitar hacerse cargo de la situación. Su cerebro al no lograr poner a nadie al frente para lidiar con ese momento comenzaba a sentirse aturdido, ido, cerca de un desmayo haciendo que el cuerpo de Alfred se encontrará en un estado de desorientación y sumisión al no tener cómo afrontar la situación. El cuerpo de Alfred se quedó completamente Quieto, Labby levantó una ceja y lo tomó del mentón curioso por ese cambio tan repentino, era normal en Alfred, pero no de esa forma, estaba demasiado… Quieto. Vio como no se oponía, no había ninguna clase de resistencia como de costumbre, comenzó a tocarlo más y más esperando alguna reacción como las habituales, pero al no encontrar nada similar al disgusto Labby reconsideró lo que estaba haciendo previamente y tomó a Alfred en sus brazos para llevarlo a su habitación.

Una vez dentro, el perro mayor comenzó a juguetear con el pequeño cuerpo de Alfred, comenzó a lamer sus zonas más íntimas disfrutando de cada segundo gracias al estado de casi nula consciencia de Alfred. Alfred era como un muñeco de trapo en ese momento, perfecto para divertirse durante horas de cualquier manera. Labby Lamía la parte trasera de Alfred introduciendo su lengua casi por completo en él, disfrutaba mucho de su sabor, el cuerpo de Alfred soltaba jadeos pesados que se abogaban en las sábanas. A la par en la que Labby Lamía las paredes del Interior de Alfred dirigió una de sus manos al pequeño miembro de este, le ordenó que lo dejara expuesto y el cuerpo de Alfred obedeció ante su orden, esto fue un indicador de que estaba en un Estado completamente dócil, como un buen perrito.