Comparaciones

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 Que horribles que son las comparaciones, ¿no? Más si son constantes y con alguien de tu círculo cercano, como amistades o familiares.

 Seguramente, más de una vez te compararon con otra persona ya sea en personalidad o talento, y eso jamás se te borró de la mente. Para las demás personas compararte no fue más que un simple comentario, pero para ti ha sido un momento bastante incómodo y hasta a veces doloroso. 

 La comparación ajena suele afectar mucho más de lo que creemos, solemos pensar que no siempre los comentarios sobre uno son malintencionados, sino más bien una observación hacia nuestra persona. Claramente, no siempre es así. Los comentarios malintencionados suelen ocurrir frecuentemente en escuelas, entre compañeros es común de ver la burla hacia el cuerpo ajeno, status social o de las capacidades distintas que presentan algunos, pero no porque sea algo común se tiene que tomar a la ligera. La mayoría de los comentarios que se hacen terminan afectando gravemente el autoestima de esa persona. 

 Lo mismo en las casas con la familia, inevitablemente uno se compara con sus hermanos, primos, o busca la aprobación parental. Muchos padres son sumamente estrictos y les exigen a sus los hijos con los estudios o con ser "perfectos" y en la gran mayoría de los casos termina siendo lo contrario. Esto sucede porque les exigen demás, más de lo que ellos pueden darles a pesar de su esfuerzo. Los hijos comienzan a autoexigirse para ser los mejores para sus padres, y cuando no lo consiguen provoca demasiada ansiedad y baja autoestima en ellos porque sus padres los hacen sentir como si fueran una decepción, pero nunca se detienen a pensar en todo el sacrificio que han hecho ellos como hijos para conseguir su aprobación y dejarlos "satisfechos". Su falta de empatía y critica constante terminaría por generarles un miedo al rechazo y sentimiento de insuficiencia.

 En caso de que la comparación se la haga uno mismo, es producto de comentarios ajenos que han sido con o sin intención. La baja autoestima y la comparación constante se debe a que en una parte de nuestra vida nos han comparado mucho con otra persona o hemos visto las preferencias de la sociedad hacia alguien o algo en específico. Por ejemplo, los estándares de belleza, status social, la capacidad mental, etc.

 Aunque haya personas que no estén de acuerdo, la sociedad tiene preferencias y son muy notorias. La más común es el físico, no es lo mismo un cuerpo en su peso justo a uno con muchos kilos demás o de menos, o una persona inteligente a una que no sabe leer un solo párrafo sin trabarse o pronunciar mal las palabras. Ni tampoco una persona con trabajo y un sueldo digno a una persona que anda mendigando por las calles. 

  Todos tienen preferencias, lo importante es que esas preferencias no nos afecten. Porque siempre vamos a buscar en el otro lo que no tenemos, lo que queremos, lo que necesitamos. Y por andar fijándonos en el otro o comparándonos, nos olvidamos de nosotros mismos, quiénes somos y qué vinimos a hacer. Lo importante es vivir la vida como queramos, que nadie tiene el derecho de decirnos quiénes somos, cómo debemos ser, o qué debemos hacer. Nosotros somos dueños de nuestras vidas, y si dejamos que comentarios estúpidos nos la arruinen, nos perdemos de vivirla y disfrutarla.




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⏰ Última actualización: Dec 21, 2023 ⏰

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