✦ Capítulo 16 ✦

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Abriste los ojos tras el impacto que nunca llegó. Parecías estar en el comedor de una casa. Todo parecía normal, excepto porque veías todo en una escala de grises. Obviamente blanco siendo la luz, y negro como la oscuridad.

—"Felicitaciones por tu octavo cumpleaños, Riddle."—felicitó una vez femenina a un niño que se encontraba sentado delante de un pastel.

La mujer vestía un vestido clásico que llegaba hasta el suelo, el cual conjuntaba muy bien la música que estaba sonado y la estética del salón. Miraste su pelo, unos mechones que sobresalían de su casi perfecto peinado formaban un corazón.

—"Este año, tu pastel es sin azúcar relleno de nueces. Es harina de soja con lecitina."—le sonrió la mujer.

—"Gracias mamá. Pero, eh, yo..."—parecía indeciso sobre si hablar o no—"Solo una vez está bien, pero... quiero comer una tarta llena de muchas fresas rojas..."—pidió casi duplicando el niño.

Apoyaste tu cabeza en la mesa, mirando al niño a los ojos a pesar de tener una tarta de por medio. Parecías ser invisible para ellos. Bueno, si no lo fueras ya te habrían gritado, amenazado y echado...

El punto del asunto es que a quien tenías delante era al pequeño tirano en su octavo cumpleaños. Sonreíste algo irónico, pues tanto el como su madre tenían peinados que intentaban semejarse a la perfección, y ambos tenías mechones que conformaban un corazón.

—"¡¿Cómo puedes decir eso?!"—habló algo consternada pero sin alzar la voz—"Los postres de azúcar son veneno para el cuerpo. Solo una rebanada te hará exceder tu cuota de consumo de calorías. Este está lleno de ácido docosahexaenoico [a saber que coño es eso, porque me está diciendo que lo estoy escribiendo mal] y acudo icosapentaenoico [tmb me lo pone mal]. Es más saludable."—sonreía dulcemente para tratar de convencerlo.

>> "Ah, pero la ingesta calórica recomendada para un niño de 8 años es..."—pensó por un momento—"600 kcal por comida, así que no comas mas de 100 gramos. ¿Entendido?"—le preguntó.

—"Imagina que te prohíban pastel en tu propio cumple."—comentaste. Nadie te podía oír, podías decir lo que quisieras.

—"... sí, mamá..."—hizo su esfuerzo para darle una sonrisa a su madre, aunque parecía una mueca decaída.

—"¡Red flag, red flag...! como tú madre tenga el mismo pelo que tú y vista de rojo sería muy divertido..."—exclamaste—"Red flag pero literal..."

«Siempre quise comer una tarta rellena de fresas rojas. Como las que se muestra en el escaparate de la panadería por la que pasamos.»

La voz de Riddle invadió tu cabeza. Sonaba más tranquilo de lo que nunca en tus tres días de conocerlo lo habías oído.

—"Eso es todo por tus lecciones de magia clásica. Lee siguientes 50 páginas para tus lecciones de magia de mañana."—cerró un libro la señora. ¿Lo más triste? Viste el calendario y el reloj de la habitación y esto estaba sucediendo el mismo día más tarde.

—"Joder, ¿se cree una madre asiática...?"—comentaste.

—"Ahora bien, tienes una hora para ti antes de que comience tu próxima lección."—oh bueno, al menos tiene descansos.

—"Sí, madre."—habló algo resignado el pequeño.

—"Mamá tiene algo que hacer, así que te veré en una hora."—se levantó de la mesa y salió del comedor, dejando solo al niño.

«Siempre estuve rodeado de lecciones por terminar. Si fuera posible, habrían extendido más mis lecciones. Pero, algo así era "normal" para mi»

𝐄𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐟𝐮𝐠𝐚𝐳 || 𝐓𝐰𝐢𝐬𝐭𝐞𝐝 𝐖𝐨𝐧𝐝𝐞𝐫𝐥𝐚𝐧𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora