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Andrew Styles era un hombre sumamente bueno y justo. Siempre siendo un alfa bondadoso que buscaba el bienestar y unión de toda su familia y sus trabajadores. Era un hombre respetado y admirado por todos.

Con su familia era el centro del hogar, el núcleo de todo.

Es por eso que su muerte había causado tanto impacto y tristeza.

Nadie de los presentes lograba aceptar que ya no lo volverían a ver jamás.

─¿Y ese que acaba de bajar del auto quien es, mamá? -Louis y su madre se encontraban escondidos en una esquina de la entrada de la hacienda esperando tener la oportunidad de darle la despedida al hombre que tanto respetaban y con el cual siempre estarían agradecidos, pero claro, no podían entrar sin autorización siendo solo unos simples empleados.

─Es el nieto mayor de don Andrew, su nombre es Adrien. -observaron detalladamente al hombre que bajó del auto quien vestía un pulcro y fino traje negro que sacudió y alisó, llevaba también lentes oscuros y una postura impecable de cabeza hacia el frente en todo momento. Lo perdieron de vista hasta que este ingreso adentro de la vivienda.

Desde su posición no paraban de observar a cientos de camionetas y personas entrando y saliendo

─Ella es Marianne Styles. -siguió explicando la omega al ver ahora salir a una linda joven del mismo auto. ─Es otra de las nietas de don Andrew e hija del señor Edward Styles.

─¿Como es que sabes tanto y los conoces a todos? -preguntó muy extrañado.

─Es obvio gaviota. Trabajo aquí desde que era una adolescente. Yo los llegué a ver desde que eran bebés, ellos son unos cuantos años más grandes que tú.

─¿Y por qué yo no los re... -sus palabras murieron en el aire cuando escuchó el ruido de la puerta ser cerrada dejando a la vista a la que parecía ser la última persona que quedaba en el auto.

Toda la situación del momento pareció quedar en el olvido al ver el rostro de un alfa que desde ya aseguraba ser el ser más perfecto y hermoso de todo el mundo. Su respiración y palabras se ahogaron en su garganta, mientras que dentro de su ser sintió un hormigueo tibio por todos lados. Jamás había experimentado tal sensación. Era toda una nueva historia jamás contada.

Frente a él había un guapísimo hombre de tales facciones que dejarían anonadado a cualquiera; era alto y fuerte, sus músculos se notaban tras el perfecto traje negro que llevaba puesto, su cabello era corto con solo unos cuantos rizos en la parte de arriba, sus ojos reducían ante la luz del sol de un precioso tono verde olivo, debajo de estos portaba unas notorias ojeras, pero que para nada y nunca disminuirían su belleza.

─Viste mamá ¿viste al que acaba de bajar? -apretó el brazo de Marie con su mirada aún perdida en el rostro del alfa. ─Jamás había visto a un hombre tan guapo como él. -sus mejillas se ruborizaron y sus ojos brillaron como nunca. ─¿Es hermano del tal Adrien? -siguió con su mirada detenidamente cada movimiento del alfa.

─No, ellos son primos. Él también es hijo del señor Edward y hermano mayor de la señorita Marianne. Su nombre es Harry.

─Harry. -repitio, acariciando con su voz cada letra de aquel nombre. ─Dios... jamás había visto a alguien tan guapísimo como él. -trató de acercarse un poquito más sin querer llamar la atención para verlo más de cerca.

─Gaviota -llamó su atención. ─Estás muy... -fue interrumpida.

─Marie, gaviota ¿que hacen aquí? -Roland llegó de repente detrás de los omegas dándoles un pequeño susto. El alfa era el hombre de total confianza de Andrew siendo el capataz de la hacienda cuando este se encontraban ausente. Y que por cierto era el padre de Tyson. ─Se me acaba de comunicar que el patron antes de morir solicitó que se les permitiera entrar a todos los trabajadores a su sepelio. Vengan, tenemos que estar todos presentes. -tomó con suavidad cada brazo de los omegas para guiarlos al lugar.

you & i ⤷ l.s (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora