Sunghoon siempre ha amado la navidad, desde que tiene uso de razón sus días se han visto envueltos en la pista de hielo desde temprano en la mañana hasta que el sol se pone, pero, aunque su vida siempre haya tenido el ambiente invernal, nada se comparaba con la época verdadera, donde la nieve caía afuera del recinto, las casas se adornaban con cálidas luces, los regalos esperaban debajo del árbol navideño y todos se preparaban para ver el festival navideño que organizaba la compañía donde patinaba.
Era tanto su entusiasmo que siempre decoraba la pista de hielo con guirnaldas, luces de colores, esferas de distintos tamaños y formas mucho antes de que empezara diciembre. Normalmente su espíritu navideño renacía apenas se retiraban las calabazas de las puertas de las casas, lo cual era a inicios de noviembre. Todos sus compañeros compartían el mismo sentimiento que él, incluso los pequeños que tomaban clases de vez en cuando, pero ese año, había un aguafiestas que había frenado todos sus intentos.
Era veinte de noviembre y la pista no tenía ni un solo adorno, ni siquiera una sola esfera.
—Sunghoon-ah, te estás distrayendo de nuevo. — Sunghoon rodó sus ojos cuando escuchó la voz de su entrenador penetrar sus oídos por tercera vez en el día. No le respondió en esa ocasión, solo se alzó de hombros y volvió a ponerse en su posición inicial, esperando a que la canción de su programa corto volviese a sonar. —Sunghoon-ah ven acá.
Sunghoon hizo un sonido de fastidio antes de romper su posición y patinar sin ganas de volver a ser regañado por su entrenador hasta donde este se encontraba en la barandilla. Ya ni siquiera recordaba la primera vez que habían empezado las llamadas de atención.
—¿Cuántas veces más tendré que decirte que te concentres? — Heeseung habló, ajustando su afelpado y aburrido abrigo sobre su pecho mientras le extendía una botella de agua sin interés. Sunghoon la tomó y bebió solo un sorbo antes de extendérsela de regreso con un poco de brusquedad.
—Las mismas veces en las que yo le diré que debemos decorar la pista. — Sunghoon supo que había dado directamente en el punto cuando Heeseung cerró los ojos con la paciencia agotada y dos de sus dedos sujetaron el puente de su nariz. —Entiendo que haya llegado este año a entrenarnos, pero tenemos trad...
—Sunghoon, ni siquiera es navidad. — Heeseung suspiró cansado, luego sus ojos lo miraron intensamente, algo por lo que le menor no se inmutó. —Ya hemos hablado de esto, las decoraciones se pondrán un día antes del festival y punto.
—Hemos hecho esto desde que tengo cuatro años, literalmente toda mi vida, Heeseung-sii... No puede hacernos esto. — Sunghoon hizo un puchero, teniendo el descaro de contestar cuando Heeseung ya había puesto un fin a su conversación, pero eran sus ideales, era su tradición e iba a luchar por ello. Es por eso por lo que cuando tuvo una idea de cómo provocarlo, inicio con cautela. —No es nuestra culpa que a usted no le guste la navidad y sea un aguafiestas...
—¡Sunghoon-ah! — Heeseung reprendió, sus cejas fruncidas remarcaban más la arruga que había dejado todos los años de entrenamiento que había brindado a diferentes compañías. —Me gusta la navidad, pero me tomo mi trabajo en serio, vine aquí para entrenarlos y entrenarte especialmente a ti para entrar al equipo nacional. La navidad está siendo una distracción para ti y se ha visto reflejado en los últimos ensayos.
—No sería una distracción si al menos nos dejara seguir con nuestra tradición. — Sunghoon miró a Heeseung con algo de molestia por la incoherencia de sus palabras. Si le molestaba que no estuviera concentrado y la razón por la que no lo estaba era porque no había decoraciones y él explícitamente le decía que no habría, ¿cómo quería que resolvieran todo el asunto? —Y no tiene que mentir, Heeseung-sii, todos aquí sabemos que odia la navidad.
—Sungh... Yo no la odio, ¿sabes? — Sunghoon se congeló por la sinceridad en la voz de su entrenador. La molestia en su semblante se había desvanecido y solo quedaba un poco de culpa y derrota. —Es solo que me parece algo absurdo, sin ofender, claro. Eso de dar regalos es idea del consumismo y no quiero mencionar la falsedad de las personas que fingen ser buenas. ¿Para qué quisiera desperdiciar un día de mi vida con personas que ni siquiera quiero?
De todas las respuestas que Sunghoon esperaba recibir de Heeseung, no esperaba esa. Tal vez esperaba que hablara más sobre que la navidad era un invento de los centros comerciales para vender mucho más y sacar dinero de familias grandes o que todo era para dejar a la sociedad sin dinero después de recibir bonos en su trabajo, pero no tenía idea de que Heeseung, su entrenador que había dedicado toda su vida al patinaje y que parecía ser perfecto en todo, tuviese problemas que llegaron a tal grado de hacerlo pensar de esa manera.
Tal vez Heeseung leyó el desconcierto en el rostro de Sunghoon porque de inmediato enderezó su postura y carraspeó un poco. Se notaba claramente incómodo.
—Lo siento por la divagación, regresa a tu entrenamiento ahora — Heeseung ordenó, pero como siempre, Sunghoon no lo escuchó y terminó por salir de la pista para colocarse las guardas en el filo de sus patines y poder así caminar hasta Heeseung, quien parecía relajado, como si no le importara que Sunghoon estuviera desobedeciéndole y como si no estuviera nervioso.
Una vez que Sunghoon estuvo frente al entrenador, dudó mucho por tomar las manos del mayor, pero finalmente lo hizo. Quería suponer que tenían la confianza de hacerlo después de convivir por un año entero, de ser lo contrario, Sunghoon no dudaría en huir.
Pero Heeseung no se apartó y simplemente lo miró con algo de sorpresa disfrazada de indiferencia.
—La navidad no es simplemente dar y recibir regalos, sino de abrir nuestros corazones. La navidad no es tan mala como parece, yo mismo le voy a demostrar eso, pero por favor, haga esto por nosotros. Nadie va a concentrarse en sus entrenamientos si no hay ese espíritu de navidad. — Otra de las cualidades que Sunghoon tenía y de las que no estaba muy orgulloso, era que su boca y cuerpo solían moverse antes de su mente, por lo que actuaba sin pensar. Fue por eso por lo que soltó rápidamente las manos de su entrenador y se quitó de igual manera las guardas para casi lanzarse de regreso a la pista.
Y justo antes de que pusiera un pie en el hielo, Heeseung lo detuvo con su voz.
—Avísale a los demás que mañana podrán decorar y quiero que te quedes tiempo extra para practicar todo lo que hiciste mal hoy. — Sunghoon rodó los ojos en respuesta y esperando que su entrenador no lo viera mientras regresaba al centro de la pista.
Bueno, al menos era un avance y Sunghoon lo tomaría como una respuesta afirmativa para mostrarle a Heeseung que la navidad era asombrosa.
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𖥔 ִ ۫ ˑ white ! heehoon
Fanfictionh̶e̶e̶h̶o̶o̶n̶ | 4 veces en las que Sunghoon trata de convencer a su entrenador de que la navidad no es tan mala como parece, +1 vez que Heeseung lo intenta. 𖥔 ִ ۫ heehoon; heeseung/sunghoon 𖥔 ִ ۫ soft ...