II

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(...)

Sebastián estacionó su carro afuera de mi casa el silencio era tenso algo incómodo pero no mucho decidí hablar

— Gracias por traerme — tenía los ojos rojos y con agua, quería llorar

—¿Todavía recuerdas lo que éramos? — ¿Cómo se atrevía a hacer esa pregunta? El me rompió en mil pedazos y Arthur las recogió y pego.

— ¿Éramos?, ese éramos que dices no existe, tu y yo no existimos, creí que éramos lo mejor juntos pero no era así... Más bien... No es así, estoy tratando de salir con Arthur no sabes cuánto lo amo, el me hizo volver a creer en el amor, tu eliminaste una parte de mi... Se que no fue del todo tu culpa, los dos la cagamos de una manera increíble, pero eso es mi pasado... Tu eres mi pasado y Arthur es mi presente y futuro — me volví a quedar en silencio, era verdad, el rompió gran parte de mi personalidad algo que yo amaba el la destrozó y le valió.

— Lo se, pero yo aún pienso en ti, acaso... ¿Tu no piensas en mi? — su voz era algo intranquila

— Basta, no hagas las cosas más difíciles, no nos vemos desde hace tiempo, no puedes venir y revolver las cosas, es algo que jode, te quise mucho pero tú lo tiraste todo a la mierda, lo tiramos a la mierda... Basta, nuestros padres son amigos, pero yo... No sé  si te quiero volver a ver, me duele verte, me duele recordar lo que éramos, es más fácil eliminar fotos y mensajes que eliminar recuerdos —

Baje del carro caminando hasta la puerta de mi casa, escuché como arrancó y se fue, las lágrimas comenzaron a salir, me dolía verlo, sufrí mucho por el y más sabiendo que aún sentía algo por el.

(...)

[Al siguiente día]

Domingo después de todo la mierda del día anterior me levanté tarde eran las 12:48 casi dando la una de la tarde, en ese momento recibí una llamada de mi mamá.

— Bueno, hola mamá — contesté

—Hola Malia, ¿Cómo has estado hija?— wow que gran pregunta, que te digo mamá, cómo te explico que Sebastián es un imbécil y Arthur un inmaduro de mierda.

—Bien, bien, hoy voy a salir con esta Adel—

—Recuerda que regresamos hasta la próxima semana, nada de fiestas ni esas cosas, puedes invitar a amigos a la casa pero  nada de fiestas, no quiero llegar y ver la casa hecha una mierda— Recordó

—Si mamá eso yo lo se— respondí con fastidio ya que cada que me llamaba era la misma mierda no decía otra cosa más que eso.

—Bueno debo irme, te hablo mañana—

—Si mamá, cuídate— y colgué la llamada me acosté en la cama, perdiendo me en mis pensamientos mientras veía el techo

<¿Qué mierda le habrá pasado a Arthur?, ¿Qué es lo que quiere de mi Sebastián?, ¿No fue suficiente con romperme y arruinarme?, ¿Me seguirá amando Sebastián?, ¿Todavía le gustare?, Tal vez sigo sintiendo algo por el.... No Malia No, tu ya no sientes nada por el, el tampoco siente nada por ti, solo quiere tenerte como su juguete, recuerdas cuando... Mierda basta, odiaba sobre pensar>

Me metí a bañar para empezar a arreglarme.

(...)

Ya eran las 3 de la tarde ya estaba con Adel en el parque.

—Oye Malia— me llamo

—¿Qué sucede?— respondí

—Ayer que te fuiste con Sebastián, Arthur se puso mal, estaba celoso, ¿Por qué te fuiste con Sebastián?— en su voz había seriedad

—Los dos se comportaron como idiotas, y mi opción más rápida era que Sebastián me llevará a casa— contesté

—Yo me fui con Arthur, me llevo a mi casa, el pensó que te lo fuiste a coger— espera ¿QUÉ?

—¿QUE MIERDA?— respondí con enojo

—¿Te lo cogiste?— preguntó

—¿QUE? no claro que no, ¿Por qué mierda preguntas eso?, es una estupidez que lo preguntes, ¿A quien más le dijo es mierda?— Estaba enojada

—Nada más a mí— respondió

— Tengo que ir a hablar con el, ¿Me acompañas?— pregunté

— Si está bien—

Pedimos un taxi.

(...)

Toque la puerta de su casa y me abrió su mamá la cuál era muy amiga de la mía y también mi amiga.

— Oh, hola linda, Arthur está arriba— Saludo

— Muchas gracias— respondí

— ¿Ella va a pasar?— A la madre de Arthur no le agrada Adel y eso yo ya lo sabía, pero no sabía el porque

—No, te espero acá afuera Malia— Contesto mi amiga antes de que yo pudiera decir algo.

— Pasa cariño— hice lo que me indicó

— Muchas gracias— agradecí antes de subir corriendo las escaleras, abrí la puerta de su cuarto sin si quiera tocar, <estúpida> me quedé tiesa el estaba en toalla.

— Malia, ¿Qué haces aquí?— apenas escuché lo que dijo, estaba tan concentrada en sus abdominales, mierda que hermosa vista, mis mejillas se sentían calientes posiblemente por la excitación y porque me estaba sonrojando.— ¿Malia?— volvió a hablar

— V-vine a hablar las cosas porque me comentaron algo— contesté —Pero... Si quieres yo espero mientras tú te vistes— sugerí

— Pasa — espera... ¿Qué?, Hice lo que me pidió, y me senté en la cama. — Espera —volvió a hablar, se metió al baño de su recamara, y de un momento a otro ya estaba vestido ¿Cómo?, pero que se quite la camisa por favor. — Ahora sí, ¿Qué sucede Malia?— pregunto

—Yo... Bueno... Adel me comentó que pensaste que me había cogido a Sebastián— hablé con voz temblorosa

—¿No fue así?— hablo con sarcasmo

—No, no lo fue— hablé con firmeza— entiende que jamás en la vida haría es, mi mente está contigo entiéndelo— me defendí

—Malia yo ya no se que creer, hablé con tu madre, hablé con Adel sobre esto, tu madre no sabe nada, y Adel es la que sabe, pero no quiere decirme, ¿Qué es lo que sucedió entre tu y el?— mierda, era una faceta que no quería recordar, algo que me dolía con el alma.

Game OverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora