Cuando vives toda tu vida rodeada de personas importantes nunca te pones a pensar que pasaría si ya no lo tuvieras, bueno, me pasó algo similar cuando mi madre se volvió a casar y me envio con mi padre, pero tampoco imaginé que me gustaría
Ahora vi...
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Llegamos a mi casa en minutos, mi papá estaba esperando afuera, no me dió ni tiempo para bajarme porque abrió la puerta rápidamente y comenzó a revisarme, buscando alguna señal de peligro, pero estaba mejor realmente, podía respirar bien, luego de buscar y no encontrar nada me abrazo fuertemente, como esos abrazos de oso que te dan los papás antes de ir a dormir, que te daba un sentimiento de seguridad y que podrías hacer cualquier cosa porque esos brazos estarían allí siempre
Me ayudó a bajar del auto, me despedí de Cole y Danny, quienes volvieron rápidamente a su casa porque ya era muy tarde, en la casa mi papá cambio por completo su rostro y lo noté demasiado enojado
— Estás castigada, sabes bien que tienes una alergia y de todas formas comiste algo que pudo matarte, lo siento Diana pero no podrás ir a la fiesta en the lark— ni siquiera sabía que había una fiesta mañana, acepte de mala gana mi castigo, le hice una mueca y subí a mi habitación
Me recosté en mi cama y me dedique a mirar el techo, Cole quiso besarme, estaba dispuesto a hacerlo, solo que yo casi me mato y no pudo, pero iba a besarme, mi mente no asimilaba todo cuando escuche una notificación de mi teléfono, era Cole, No era un mensaje, me estaba llamado, espere unos segundos y conteste
— Me castigaron y a ti?— pregunto el chico con voz molesta
— Castigada también— me acomode en mi cama y saque mis auriculares para hablar más cómodos
— Ya te encuentras mejor? Casi me da un paro cuando te caiste— si yo también me asuste
— Mejor que antes, que tienes que hacer de castigo?— mi Papá probablemente me dejaría una larga lista de que hacer
— Nada por el momento, que vas a hacer?— me quedé unos segundos pensando, podría decirle que venga a mi casa de contrabando, los adultos estarían en la fiesta y no se darían cuenta
— Y si... Vienes a mi casa mañana? A menos que te den tareas, entonces olvidalo— comencé a morderme las uñas mientras esperaba su respuesta, si, estaba muy nerviosa
Cole no colaboraba porque se quedó completamente callado, no decía nada y ya comencé a preocuparme, y si pensaba que era una loca? Hay dios, no lo dije para que piense eso, era de buenas, ambos estábamos castigados y...
— Me estás invitando a tu casa?— comenzó a reír fuertemente, y yo frunci el ceño tratando de saber lo gracioso
— Si? Que tiene?— tal vez mi voz delate mi enojo
— No, no pasa nada, solo que soy yo el que siempre tiene que invitarte — el solo se rió y yo no sabía que cara tenía en este momento
— Y vas a venir o no? Porque te estás riendo mucho— me levanté para cerrar la puerta de mi habitación
