Dedicatoria

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Para mi madre y mi madrina Yessica, por inculcarme buenos valores como mujer y meterme en las películas icónicas que inspiraron a este libro.

Y para todos aquellos que se han sentido identificados por una película en su adolescencia anhelando un Verona en sus vidas. Recuerden que si el hombre por el que estás llorando se ve patético al lado del hombre que le cantó una serenata en el campo de futbol a la chica que le gustaba solo para que lo perdonara, el no merece tus lágrimas, merece que te consigas un partido mucho mejor.

Tiempos modernosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora