02.

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—Estás siendo muy cruel.

—Y tú muy desconsiderada —probablemente él tiene razón, pero no es el momento para darle ese beneficio —Esto es demasiado,  Emma, no pensaste en mí antes de tomar esta dirección. 

—Lo siento, ¿tenía que hacerlo? —pregunte, llegando a mi límite —Pensé que no te importaría que tomara una decisión sin consultarte, al igual como sueles hacerlo tú.  

—No compares, no es lo mismo. Tú has decidido que seríamos padres, ¡Por Dios,  Emma! —exclamó, arrojando contra la pared  la lámpara que habíamos comprado el mismo día que decidimos que viviríamos juntos. 

Un nudo se formó en mi estómago, desconozco si es por lo que esa lámpara significaba o por el miedo que siento de su descontrol. 

James tiene una mirada que me hace temblar (no en el buen sentido), no hay nada de dulzura en sus ojos y tampoco el brillo especial con el que solía mirarme. 

Él siempre había dicho que deseaba ser padre, yo siempre me había asegurado de que él supiera que ser madre era uno de mis últimos deseos, pero eso ha cambiado. 

—Pensé que deseabas ser padre…

—Quiero ser padre, Emma, pero no ahora —afirmó, sentándose en el sofá un poco más relajado —mi carrera está en su punto más alto, tengo muchas cosas encima; tengo que volar al otro lado del planeta y muchas campañas… —él se detuvo, su silencio fue tan fuerte que creo que todo el edificio es conocedor de lo que pasa en este departamento.  —No estoy listo, Emma, no estoy listo para ser padre. Lo mejor es que afrontes esto tú sola. 

Un nudo se instaló en mi garganta, uno de esos que solo desaparece después de llorar hasta quedarte dormida. 

James me dio una última mirada, antes de levantarse del sofá y dirigirse a la habitación donde no creo que vuelva a dormir jamás. 

Me limpie las lágrimas que caían sobre mis mejillas y solo me senté a esperar en el sofá, no sé exactamente que estoy esperando, solo que espero. No lo sé,  tal vez inconscientemente estoy esperando a que él regrese, me abrace y me diga que todo estará bien. O, quizás a que se quede dormido para poder irme sin el incómodo momento de intercambiar palabras. 

Me quedo ahí, no hago nada hasta que llega la media noche y me armo de valor para entrar a la habitación de invitados y sacar mis maletas. En dos años solo había logrado desempacar una maleta, que era donde tenía la ropa que solía usar para trabajar, en menos de tres horas había terminado de reunir mis cosas: la maleta que había desempacar en todo un año, una más que contenía toda la ropa que había comparado en el transcurso de este tiempo y una caja que contenía todas las cosas que tenía en el estudio que solía compartir con James. 

No sé cómo lo hago, pero logró bajar todas mis cosas en un solo viaje, tres maletas y una caja y aunque no es el momento, me es difícil no sentir que un peso menos se desinstala de mis hombros. 

No importa lo que venga después, yo sé que puedo. Yo puedo contra todo, no es la primera vez que me hago responsable por una vida que no es la mía, así que la práctica para cuidar un bebé no me hace falta, al contrario me sobra después de haber cuidado a mis hermanas.  

Me trago mis lágrimas y reúno todas mis fuerzas para no llorar cuando finalmente llegó al lobby y el portero de turno me da una mirada que me hace sentir avergonzada, sin embargo, no se porque. 

¿Debo sentirme avergonzada por irme de esta forma? Bien, pude esperar al amanecer y hablar con más calma sobre este tema, pero él ya me dio su veredicto y no es alguien que cambie de parecer. Algo que me gusta de James y que siempre he admirado es que es alguien decidido; él cumple con todo lo que se proponga e igual forma no es alguien que cambie de parecer. 

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⏰ Última actualización: Dec 29, 2023 ⏰

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