La luna llena brillaba tenuemente a través del cielo nublado, hacía algo de frío pero yo estaba bien, me agradaba el clima. Sin embargo, no estaría bien dejarla salir de casa como si fuera una noche de verano y teniendo en cuenta la forma en que ella solía vestirse... ¡Demonios! no entiendo por qué ella me preocupaba tanto.
El campanario anunció la medianoche con doce campanadas, cada una recordando lo mucho que Alice estaba tardando en salir.
A pesar de la frustración, saqué mi móvil y tipeé rápidamente un breve mensaje:
《Abrígate.》
Pulsé el botón de enviar justo en el momento que la ví acercarse a mí con una sonrisa tímida. Mi corazón dio un salto cuando me percaté de que estaba perfectamente arropada, sin necesidad de aquel mensaje. Ella se detuvo frente a mí y yo comencé a caminar porque sabía que no podíamos permanecer por mucho tiempo frente a su casa como si ésta fuera una visita normal. Ella se adelantó y caminó delante de mí, distraída entre la sensación de libertad y la iluminación navideña adornando las casas a ambos lados de la calle. Llevaba un vestido de invierno; calcetines altos gruesos, botines y una capa afelpada color verde esmeralda. Mientras caminaba, las luces iluminaban su rostro y su cabello, que ondeaba libremente, me hacía sentir que navegaba en la oscuridad de sus infinitos bucles. Lucía absolutamente hermosa y ella parecía ser consciente de ello.
La dejé caminar delante de mí sólo por el placer de contemplarla, pero, luego de tres cuadras empecé a sentirme olvidado por ella, quien se encontraba absorta en las calles. Estaba harto de esto así que me adelanté y me detuve de frente a ella.
—Es navidad, Alice, no el principio de un mundo después del apocalipsis —ella me miró sorprendida—. Sí, todo es muy bonito, pero, para serte sincero, llevo la mitad del camino deseando arrancar toda esa ridícula decoración y vestirme con ellas a ver si de esa forma dejas de ignorarme —como de costumbre, mi voz sonó más ruda de lo que esperaba y sin querer terminé borrando la sonrisa de su rostro, eso no me gustaba— Te he invitado a salir, ten algo de consideración por tu anfitrión.
Noté cómo disputaba la respuesta perfecta en su mente: Enojo. Disculpa. Burla... no sabía qué soltaría esta vez. Alice era el epítome de lo impredecible.
Abrió la boca como si fuera a decir su respuesta triunfal y luego, para mi sorpresa, no dijo nada. Sí, impredecible, de hecho, era una palabra que le quedaba corta. Posiblemente había decidido no discutir, cosa que no era común en ella, quien disfrutaba llevándome la contraria en cada mínima oportunidad.
—¿Allie? —Intenté llamar su atención, algo extraño estaba ocurriendo.
Ella no dio respuesta alguna. Eso no arruinaría mis ánimos. Esta era nuestra primera cita después de mucho tiempo y me había prometido a mí mismo no arruinarla.
—Sigamos caminando —me indicó sin emoción alguna en su voz—, hay una plaza cerca de esta calle —sí, una plaza llena de parejitas enamoradas, se me erizaron los vellos del brazo al pensar en ese ambiente insoportablemente acaramelado. Sin embargo, era una de las plazas mejor adornadas de la ciudad, lo que significaba que a Alice le encantaría y no pude evitar sonreír por lo bajo cuando imaginé su rostro al llegar a aquel lugar, amaba verla tan risueña.
Reanudamos la marcha y esta vez me aseguré de quedarme junto a ella, mi ego se hería con facilidad cuando ella estaba cerca y debía hacer algo al respecto, así que, en contra de todo pronóstico, tomé su mano y la acerqué a mí mientras caminábamos.
Ella se petrificó por un segundo y luego envolvió sus dedos al rededor de mi mano aceptando mi tacto con cautela, como una criatura asustada que intenta adaptarse al peligro de forma tímida e inocente.
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Cita de Medianoche - Kat
RomanceJames y Alice son polos opuestos, sin embargo, han decidido darse una oportunidad. Durante todo el año sus citas han sido escasas, pero al fin han logrado quedar para tener una romántica salida en la víspera de navidad. A pesar de no habérselo confe...