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Claro, ya lo suponía

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Claro, ya lo suponía. No había otra respuesta de por qué me encontraba en este lugar.

Todo guiaba a una sola y obvia razón. Yo
trabajaba aquí. Pero el hecho de saber que
era Nutriólogo y examinador no aclaraba
nada en mi cabeza y cada minuto que
pasaba en este laboratorio aumentaban las
preguntas.

Examinador y Nutriólogo, ¿Qué relación
tenían una cosa con la otra? Además, ¿de
quién era examinador? Obviamente de esta
sala, porque estaba enumerada como la 3.

¿De qué experimento? ¿Desde cuándo? Por
Dios, ni siquiera conseguía recordar nada.

Mi mente estaba en blanco, vacía, esto era
frustrante. Desesperante. Respiré hondo para calmar mis pensamientos. Lo último que debía sucederme en esa situación, era enloquecer. Levanté la mirada de mi fotografía y la clavé únicamente en él, en esos orbes carmín que estudiaban el gafete en mis manos con una clase de profundo interés.

El... ¿Cómo antes no se me ocurrió preguntar si me conocía?

Él tenía un examinador y no era ninguna
coincidencia que justo entráramos en esta
sala y él se entornara en esta habitación,
y moviendo esos archivos, encontrará un
gafete con mi nombre.

Pero esta era el área de niños, ¿Cómo podía
pensar que yo fui su examinador? ¿A caso
me pusieron a cuidar de dos experimentos
de distintas edades? Entonces, seria posible
que yo fuera su examinador. ¿Podía tener
eso relación con que no quisiera matarme?.

Si era así, tenia sentido el porqué me miró
con esa expresión cuando me dijo que él
era Azul después de haberlo liberado de la
incubadora.

Pero la manera en la que él miraba el gafete era diferente.. incluso me confundió. Su semblante se transformó a uno serio, y con el entrecejo contraído, podía atisbar ese resentimiento en él.

- Yo.. detuve las palabras relamiéndome
los labios cuando lo miré. Él aparto sus
orbes carmín del gafete y los depositó con el mismo recelo en mí-. ¿Soy tú examinador?.

Sentí una extraña tensión desatarse a
nuestro alrededor, y crecer más cuando
retiró la mirada y tensó su mandíbula.

-Originalmente no-espetó.

-¿A qué te refieres?

Si no era su examinador, ¿Por qué me trajo
aquí? Parecía conocerme...

No pude quitarle la mirada mientras se
apartaba de mi lado para rozar mi hombro.

Cuando giré para seguirle con la mirada,
él paró junto al umbral, alzando su brazo y
señalando un pedazo de madera en el que se hallaba escrito unas palabras.

-Que desde el inicio fuiste el examinador
de él-volvió a espetar en un tono más
bajo.. más marcado. Leí enseguida la numeración que colgaba junto a la entrada y una pizarra blanca en la que se escribía un listado que no tardé en acercarme y leer.

Experiment JK.64Donde viven las historias. Descúbrelo ahora