Segunda parte de Escritos VegeBul.
Personajes: Akira Toriyama.
Temática: Mía.
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Los cuerpos de ambos están húmedos debido al sudor, llevaban horas entregándose mutuamente. Vegeta está encima de Bulma, moviéndose de adelante hacía atrás penetrando a su mujer, una de sus manos las tiene en la nuca de su compañera, mientras que ella lo abraza por el cuello, se miraban fijamente a los ojos, admirando cada gesto y sonido de placer que salía de ellos.
Vegeta la apego más a él y la besó con pasión, sus labios bajan por su cremoso cuello hasta llegar a su seno derecho para aferrarse a su rosado pezón como si fuera un bebé hambriento. Bulma arquea su espalda al sentir una explosión de placer expandirse por todo su cuerpo, de manera inconsciente ofreciendo sus pechos al saiyajin.
Los papales han cambiado y ahora la hermosa peliazul, está cabalgando al príncipe, moviendo sus caderas de arriba hacía abajo, en un vaivén que vuelve loco a Vegeta. Bulma se acerca a el y de una manera sensual lame su cuello, probando la misma escencia del saiyajin mezclado con su sudor que no era nada desagradable para su paladar.
-Vegeta...-lo llama ella apenas audible, el que había cerrado sus ojos al sentir otro orgasmo más inundarlo y se recostó levemente en la cama, los abre y mira intensamente a la mujer que ama, iniciando por sus enormes tetas, subiendo por sus labios color granate hasta llegar a sus bellos y grandes zafiros-Dime... Que soy tu princesa...
El se incorpora y la toma de la cintura, acerca su rostro hacía su cuello aspirando ese aroma tan único que lo tiene tan fascinado, nuevamente alza su cara mirando a los ojos a su compañera.
-Tú... No eres mi princesa...-Bulma notó un deje de decepción instalarse en su pecho, pero las palabras del saiyajin la hicieron sentirse especial-Eres mi reina, nunca lo olvides, mujer.
La toma con cariño de las mejillas y la besa, Bulma apunto de llorar le corresponde aquel beso colocando sus manos en sus hombros y pegando sus atributos al pecho del príncipe.
Definitivamente amaba lo abierto que se mostraba con ella en la intimidad, ya que Vegeta podía permitirse decirle cosas "románticas" a su esposa.
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