Síndrome de Dravet ⑅⑅ঔৣ𝐇𝐲𝐮𝐧𝐦𝐢𝐧

αω OCHO αω

Yugyeom entró en pánico al no saber perfectamente a quién pertenecía ese aroma a... ¿Ciruela?, no, no era simplemente ciruela natural, ¿Qué era?, ¿Leche de ciruela?, no, ¡por dios yugyeom!, para empezar... ¿Existía la leche de ciruela?, No,no era leche,era... ¿Refresco? ¿Té?.... ¡Piensa yugyeom! ¡Piensa!, ¡Mermelada de ciruela! (le informó su lobo)Yugyeom esbozó una gigante sonrisa... Pero se esfumó al instante al ver que solo había 3 omegas mujeres  formadas en ventanillas, desgraciadamente todas con una muy notoria mordida en el cuello, Yugyeom sintió marearse, ¿Y si alguna de esas omegas marcadas era su alma gemela pero ya se unieron a un Alfa incorrecto? ¿Sería que una marca suya en ellas podría reemplazar la anterior?

Con discreción y naturalidad fingida yugyeom se acercó a cada una de esas mujeres. La primera era una pelirroja que se veía de su edad aproximadamente, era muy hermosa pero en cuanto se acercó percibió al instante aroma a turrón, ella no era su alma gemela.

La segunda chica era más joven, de hecho se veía muy joven, yugyeom rezaba porque no lo acusaran de pervertido por querer estar con una omega menor de edad, pero solo estuvo a un metro de ella y el olor a almíbar de durazno pegó fuerte en su nariz, ella tampoco era su alma gemela.

Con un poco de agilidad alcanzó a la última omega que estaba en el banco y que estaba a punto de salir sino fuera porque yugyeom fingió ser un trabajador que le ofreció varios folletos informativos promocionando su aplicación electrónica y banca móvil, pero su explicación se vió desganada cuando esa omega no cumplia con tales requisitos, era una
omega grande, tal vez de 40 años con olor a nata de coco.

Yugyeom se achicopaló, todos los demás de ahí eran alfas y betas y solo había un omega hombre que se peleaba con la mujer de la ventanilla, cosa que en ese momento no le importaba.

El Alfa buscó en Internet las estadísticas de omegas con olor a ciruela, desafortunadamente encontró que sólo un Omega de cada 250 mil poseen un aroma relacionado a la ciruela, la mayor cantidad de estos omegas en Irlanda... ¿Será que debería ir a Irlanda?

Su mente paró sus pensamientos cuando una escena que se aproximaba a la violencia lobalertó.

El único omega del banco estaba a nada de golpear a un oficial de su sucursal, dejando denun lado su fallida búsqueda por encontrar un pareja, yugyeom se acercó al alboroto que involucraba al omega, jaló con brusquedad al omega que tenía sus puños formados para separarlo del oficial de seguridad y su empleada que ya estaba más que decidido que la despediría por incompetencia.

Pero aún así no podía dejar que un espectáculo tome forma. Cuando lo jaló, tenía preparada miles de insultos para decirle por alterar el orden en su banco, pero una cachetada de realidad le hizo reservar tales frases encapsulando el aire en su garganta.

Ese omega entintado de carmín por la ira e impotencia del ineficaz servicio desprendía un aroma especial, un aroma que lo erizó por el miedo.

Era mermelada de ciruela.

Pero... era un hombre.

¡Un maldito hombre omega!, jamás en sus 28 años de vida había estado en una relación con un asqueroso omega hombre.

Yugyeom siempre subajó y menosprecio las parejas homosexuales aunque sabía que era bastante común, él incluso prefería aceptar parejas de misma naturaleza, ya sea Alfa-Alfa, Omega-Omega pero mientras fueran hombre y mujer.

Ese test tal vez no mentía, pero ese maldito omega no podía ser su Alma gemela ¿Verdad?

─¡Hey!, ¿ya puedes soltarme? (el Omega habló, sacando al Alfa de los más profundos de sus pensamientos, yugyeom admitió una cosa, este omega era sensual)