Yo, la patria, hago lo que quiero.

¿Por qué eres desobediente?

  En la sala de negocios del último piso del Empire State Building, la gente gritaba y gritaba como bestias ansiosas.

  Estas celebridades bien vestidas, figuras nobles de la clase alta federal, ahora tienen los ojos rojos y plantean diversas exigencias.

  Sólo unos pocos se mantienen comedidos y tranquilos y, con su gran experiencia, se distancian conscientemente de aquellos que han perdido la cabeza.

  Azu miró hacia abajo, estas personas estaban tan ansiosas como hormigas en una olla caliente.

  Han dejado atrás la llamada educación, la gracia y la razón.

  Esta escena hizo que Azu se sintiera ridículo.

  Luego se echó a reír.

  La enorme risa suprimió otros sonidos.

  Azu se rió de buena gana, señaló a las personas de abajo y dijo: "¿Protegerte?"

  "Cuando entraste a este salón, ya no estabas bajo mi protección".

  "Después de todo, elegiste apoyar a la Compañía Olga. Con eso, ¿por qué ¿Me pides que te proteja?"

  "Además."

  "¿Has olvidado quiénes están en esas armaduras?" "

  Son soldados."

  "Son las personas que se suponía que debían protegerte."

  "Están contigo ahora. También son rehenes".

  "En realidad quieres que los mate".

  Aunque Joel, del Departamento de Seguridad, se sonrojó, aun así gritó: "Nosotros tampoco queremos hacer esto". "

  Pero ahora, esto es lo más sensato. "¡

  Nuestro estatus es diez mil veces más importante que la nobleza de los soldados!"

  "No puedes simplemente vernos morir aquí." "¡

  Entonces, mátalos!"

  De repente, muchas personas gritaron de acuerdo: "¡Mátenlos!" !"

  "¡Mátalos!"

  En ese momento, dos rayos de luz dorada cayeron del cielo y atravesaron a Joel.

  y luego remamos entre los que gritaban más fuerte.

  Después de que el rayo de luz desapareció, esas personas se quedaron quietas como si hubieran estado petrificadas.

  Pero sus ojos pueden moverse y, en este momento, los ojos de estas personas están llenos de miedo.

  Luego, la cabeza del hombre llamado Joel se deslizó oblicuamente. La incisión era lisa y la superficie estaba carbonizada de color negro. Los vasos sanguíneos y los tejidos de toda la superficie del corte estaban quemados.

  Al segundo siguiente, una gran parte de la multitud cayó, todos ellos cadáveres mutilados.

  "¡Ah!",

  gritó.

  El grito casi levantó el techo del salón.

  Azu miró el cadáver en el suelo con indiferencia y dijo con calma: "Ya dije, no me des órdenes." "¿

  Por qué eres desobediente?"

  "No creas que ser poderoso significa que eres superior a los demás. En mi opinión , ¿eres diferente de las hormigas? "