A Christmas Prank

93 14 24
                                    


¿Crees en los milagros de navidad?

Déjame contarte sobre uno.

⋆⁺₊❅⋆ ⁺₊❆⋆

Un día antes de navidad, el ministerio de magia de Inglaterra estaba decorado de pies a cabeza en colores verde, rojo y dorado.

Un árbol decorado en cada costado de las chimeneas iluminaba las entradas por las cuales llegaba una escasa cantidad de personas con expresiones radiantes.

Pequeñas hadas vestidas de elfos -con sus pequeños calcetines a rayas y sombreros puntiagudos- revoloteaban por los techos soltando su fino polvo brillante que caía sobre la cabeza de los funcionarios del ministerio.

Los pasamanos estaban envueltos en luces de navidad que tintineaban al ritmo del coro de Godric 's Hollow y su animado villancico mágico acompañado de la percusión de los sapos y los grillos.

El día apenas empezaba, pero los magos ya ansiaban que acabara. Sus mentes estaban concentradas en la ilusión de regresar a casa con sus familias y compartir una de las pocas noches del año en la que todos tenían una excusa para reunirse con aquellos que amaban.

Regulus Black, el Ministro de Magia más joven en la historia del mundo mágico, era el único que no estaba en sintonía con ellos.

Iba caminando por el pasillo principal hacia el elevador sin percatarse de la jovialidad que flotaba a su alrededor. Enfocado en un sobre con papeles que llevaba entre manos. El día de navidad siempre había sido un evento de poca importancia en su vida. De no ser por los saludos de "Feliz Navidad" de los transeúntes y la baja afluencia de gente en el ministerio, ese sería como cualquier otro día para él.

Las festividades solo traían consigo amargos recuerdos y problemas. Los procesos se alentaban, la gente gastaba más dinero del que tenía en regalos que terminarían en la basura después de unos meses y había más avistamientos del "Krampus" que resultaban ser solo bromas pesadas elaboradas por adolescentes irresponsables.

—¡Feliz navidad, Black! —le gritó Weasley desde una de las chimeneas.

Regulus levantó una mano en el aire a modo de saludo pero no desvió la mirada -ni sus pensamientos- por un segundo de sus documentos. El señor Creevey se encontraba en la entrada del elevador, repartiendo galletas navideñas que había cocinado su esposa la noche anterior. Era una tradición que se repetía todos los años.

—¿Una galleta, ministro Black? —le ofreció.

Regulus levantó la cabeza extrañado, como si no supiera a qué se refería -en realidad no sabía a qué se refería-. Tenía la mente envuelta en la logística del recorrido por las bodegas de Francia y cuánto tiempo les tomaría recorrer todas las catatumbas en busca de los ghouls sueltos.

En ese momento fue interceptado por una maraña de pelo oscuro rebelde que le arrebató la galleta que le estaban ofreciendo de sopetón y se metió en el elevador con paso relajado, sacándole la lengua con pillería. Sirius levantó la galleta del reno y la sacudió en el aire, burlándose de su hermano.

—¡Padfoot! —lo reprendió un joven alto y fornido de mirada dulce como el chocolate caliente, el cabello negro acariciado por el viento invernal y unos labios con los que Regulus venía soñando en secreto desde que cumplió trece años.

El corazón de Regulus dió el habitual salto en su pecho cuando notó la presencia de James Potter a su lado.

Sirius mordió la cabeza del reno.

—¿Cómo te atreves? —le respondió James escandalizado.

Regulus puso los ojos en blanco.

El pelinegro se llevó una mano a la boca, tratando de esconder la sonrisa bajo ella, y miró de reojo a Regulus. Al notar su incomodidad, tomó otra de las galletas de la canasta.

A Christmas Prank | JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora