Christmas

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Gonzalo se acercó tranquilamente al árbol de navidad para recoger el regalo que sobresalía su nombre. Era observado por el menor.

Veía como papá noel ya no traía esa peluca de pelos blancos en su cabeza, haciendo que toda su atención se base en mirarlo, hasta poder ver su cara. El chico se dio la vuelta observándolo con una sonrisa.

Gonzalo, el chico que él se había enamorado, pero no volvió a ver por tres años, ya sabe el porqué.

––¿Gonzalo?–– Su boca tembló y las ganas de llorar junto a él se intensificaron.

––Hace tiempo que no tenemos una conversación. –– Sonrió mientras lentamente abría su regalo.–– Ya eres mayor de edad, ¿No?–– El menor asintió levemente mientras las lágrimas caían en su rostro, no quería recordar como lo trataron este año, no quiere vivir así de nuevo. ––Siempre en esta familia hacen esto cuando uno cumple 21, es una mierda.

––¿Solo porque entramos a la adultez?

––Sí, a veces me pregunto por qué mi mamá es tan amiga de la tuya, son tan distintas.

––Amo a tu mamá.

––Yo odio a la tuya.

Rieron.

––Lo noté, lo de la bebida fui intencional ¿Cierto?

––Sí, no deberían tratarte así, aunque sea adulto, eso no cambia que sigues siendo un bebé.––Soltó.–– Un lindo bebé.

Los ojos de Andrés brillaban al escuchar a Gonzalo, extrañaba mucho cuando esté le coqueteaba de manera tan descarada, era su parte favorita de navidad.

––Quiero besarte.–– Después de tanto tiempo el castaño menor pudo soltar lo que siempre quiso hacer, haciendo sonreír al mayor.

––Yo también, pero primero quiero que veas mi regalo.–– Observo como el menor se levantaba y se acercaba a él, estar tan cerca que enrollo sus brazos en el cuello del mayor.–– Está afuera.–– Tenía los nervios a mil.

––El mejor regalo que podría obtener es que papá noel me haga ver las estrellas.

Claro, si lo dice así quién se podría controlar, pero debería, hay un montón de personas arriba, no debe hacer nada impropio.

––El regalo.–– Leves besos húmedos, sintió en su mandíbula, el traje de papa noel ya le comenzaba a dar calor.––Está en el auto.

––¿Te gustaría hacerlo en el auto?–– Sonrió viendo como el contrario se ponía rojo por cada cosa que decía.

Andrés lo acercó a él para poder dejarle un pequeño beso en sus labios, logrando quitar un pequeño porcentaje de las ganas que tenía de besar esos lindos labios.

A la mierda.

Pensó Gonzalo al ya no aguantar esa calor que tenía y ver como el menor se le insinuaba. Lo tomo por la cintura, acercándolo más, para poder fundir sus labios con los ajenos y poder comenzar un lento beso en la espera que llegue a más.

Poco a poco se sentía más el aire caliente, estaban caliente, querían llegar a ver quién es el primero en pedir el siguiente paso. Y al ver como iban, iba a ser Gonzalo.

Andrés abrió su boca permitiendo que el mayor meta su lengua, logrando entrelazar sus lenguas. Pequeños jadeos salían de la boca de los dos, mientras el calor en sus cuerpos seguía subiendo a escalas mayores.

La falta de aire se hizo presente, logrando separar sus bocas para luego mirarse fijamente y sonreír nerviosos. Los dos querían llegar al mismo punto, pero no sabían quién iba a ser el que iba a dar el primer paso.

Christmas || Mini Au SpartorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora