Hace años que se volvió difícil la comunicación entre ellos o tal vez nunca existió y era solo la inocencia de un niño mezclada con la alegría de un padre por demostrar que en verdad se entendían el uno al el otro, aunque nada de eso fuera cierto. Ahora solo son dos extraños que viven en la misma casa que se preguntan de vez en cuando el cómo están o la hora, pero nunca tienen una conversación real, sabían que si llegara a más solo terminaría con ellos dos culpándose el uno al otro y diciendo cosas tan crueles creadas por la nostalgia, ira y tristeza de querer volver a ser esa familia tan perfecta, feliz y falsa que eran antes.
