37: ¿Yo la quiero?

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Danniel

Una hora y media de alemanes hablando un español inentendible, Lilian tenía razón, la veo sentada entre todos los jóvenes de su edad, al principio anotaba y preguntaba, pero ahora solo bosteza aburrida, es que se volvió aburrida la presentación. Suena mi teléfono.

Lilian: Prometiste usarlo, me mentiste así que tendré que pedirle a otro que me de lo que quiero.

¿Me está amenazando? No voy a usar un maldito mando de un consolador que ella lleva puesto, está completamente loca.

La observo hablarle al chico que tiene a su lado al oído, ¿Acaso me está probando? Me mira y se encoje de hombros mostrándome que lo hace a propósito.

Saco el mando de mi bolsillo y lo miro dudoso.

¿Qué estoy pensando? No voy a hacer esto. Ella me encanta, me vuelve loco, me gusta jugar y todo eso pero, no voy a hacer esto en el trabajo, es demasiado.

Lo guardo en mi bolsillo trasero y sigo mirando la presentación.

— No puedo creer que aún nadie se durmió — miro a mi colega sentado a mi lado.

— Esto es muy útil para los que recién comienza — comento por no quedarme callado.

— No deberían obligarnos a venir con niñatos como si fuéramos niñeros — asiento sonriendo incómodo.

— No tenemos muchas opciones — me encojo de hombros.

— Eso es cierto, al menos los juntamos a todos así se conocen y nosotros quedamos libres de tener que ser sus payasos también— no le presto mucha atención porque la verdad su charla me parece aburrida y solo asiento sin escucharlo, finjo mirar la presentación durante un tiempo más.

Miro a Lilian y parece inquieta por levantarse, ya debe estar harta de está porquería. Se levanta y camina muy rápido al baño.

Mi teléfono comienza a sonar en una llamada de Lilian, así que me levanto para ir a una zona donde pueda hablar.

— Dan por favor apágalo, ya entendí, no voy a pedirle a nadie nada, solo estaba jugando — confundido y sin entender lo que dice voy caminando al baño. — Mmm Dan, ya está — el gemido que lanza me hace frenarme en el lugar, saco el mando de mi bolsillo. ¡Mierda! — Aahhh Dan no seas malo — su voz entrecortada y ronca a través del teléfono activa mi maldita imaginación, miro el mando prendido en un puro ataque de locura le subo la intensidad — ¡Por dios! — creo que tengo que llevarla a la maldita cama ya mismo.

— Lilian salí del baño — sus gemidos y jadeos me vuelven un maldito loco.

— Mmm Dan, no puedo, ¡Maldición! — tomo el mando y bajo la velocidad al mínimo — Dan te odio y no te odio —estoy fuera del baño debatiéndome en entrar o no entrar.

Corta la llamada y me decido a entrar pero ella sale respirando agitada.

— Decime por favor, que vamos a la habitación — me toma del brazo clavando sus uñas y ella tiene razón esto es divertido además de excitante.

— Ahora mismo Lil — comienzo a caminar con ella agarrada de mi brazo, podría llevarla muy rápido, pero verla tan desesperada, imaginarme lo mojada que debe estar, sin contar que no sé cuánto tiempo estuvo activado el mando.

— Dan — jadea y aprieta mi brazo mientras subimos al ascensor.

Las puertas se cierran y la acorralo contra la pared.

— ¿Qué pasa Lil? — saco el mando de mi bolsillo y comienzo a apretar el botón que aumenta la velocidad. — ¿Qué te pasa? ¿En que puedo ayudarte? — digo divertido.

Sus manos suben a mi cuello y su cuerpo se retuerce rozando con el mío mientras no dejo de presionarla.

— Ohh Dan, por favor, terminemos la tortura — Paso mi nariz por su cuello mientras ella gime apretando sus piernas, huele delicioso, siempre es así.

— Te juro que no sé de qué hablas, yo jamás lo active — muerde mi hombro mientras frota su cuerpo con el mío en busca de contacto y acabo de decidir que estamos acá para disfrutar.

Y sí que quiero disfrutar de ella, quiero tenerla sin miedo, sin culpa, sin cuestionarme, sin pensar, solo disfrutar y eso haré.

Escucho el ruido del ascensor y así sin que ella me suelte el cuello caminamos a mi habitación, beso su cuello mientras sin importarme que alguien nos vea a plena luz del día la estoy llevando a mi habitación con un objetivo claro y visible.

Abro la puerta y la cierro de un golpe mientras la llevo a mi cama donde ella se tira y sube su minifalda.

Me abalanzo sobre ella mientras apago el maldito aparato y tiro el mando por ahí, le quito la ropa interior la cual tenía el bendito aparado pegado y la veo húmeda completamente para mí, la tumbo hacia atrás para enterrar mi cara entre sus piernas, deliciosa, mojada y deseosa de placer como a mí me gusta, juego con mi lengua disfrutando de su sabor, su cuerpo retorciéndose y sus gemidos perfectos, no le doy descanso, la llevo al límite una y otra vez, no me importan sus manos estirando mi cabello, solo me interesan sus caderas moviéndose en busca de más.

Me separo solo un momento y ella me estira para besarme, rompe todos los botones de mi camisa para quitármela con rapidez, la siento sin dejar de besarla para sacarle el bendito top que tiene cintas en la espalda pero termino rompiendo de ellas, la falda está tan apretada que no puedo sacársela y mucho no importa porque estoy demasiado desesperado por sentirla.

Bajo mi ropa con su ayuda y con mis pies termino de deshacerme de ella.

Apoyo su cabeza en el respaldo de la cama y flexiona sus piernas para que de un movimiento me meta dentro de ella, tan mojada, tan apretada y caliente.

— Ahhhh — cada movimiento solo me hace amarla cada segundo más, sentir su cuerpo me genera un sentido de pertenencia inquebrantable, sus gemidos me ciegan y solo soy un animal salvaje que no puede detenerse, no importa cuánto ruido haga la cama, no importa si algo se cae, nada importa.

Solo me concentro en su cuerpo y el mío presos en este mar de lujuria imposible de apagar, la muerdo, la beso, aprieto sus caderas mientras sus piernas enredadas en la mía generan la fusión perfecta de nuestros cuerpos.

— Solo quiero tenerte así por siempre — susurro en su oído mientras es atravesada por un orgasmo.

Tomo sus piernas y las subo a mis hombros abrazándolas por las rodillas.

— Ahhh Ohhh Dan — si así que diga mi nombre una y otra vez, porque maldición ella es mía.

— Así preciosa, me encanta que digas mi nombre Lil — la embisto sin descanso y mi cuerpo chocando con el suyo es lo mejor que he escuchado luego de sus gemidos.

— Dan... Dan — si así la necesito, aprieto sus pechos y siento su cuerpo estallar otra vez — Ohhhh Dan, yo te.... — suelto sus piernas y la beso, no quiero escucharlo, no quiero que lo diga.

Sigo moviéndome y cuando levanta su cadera para hundirme más en ella estallo.

— Ohhh Lil Mmm — muerdo su cuello y ella gime mientras descargo todo de mí.

— Dan te quiero — mierda, mierda.

La beso fingiendo que no la escuche, al menos no me dijo la palabra con A.

Sigo besándola mientras acaricio su pelo y disfruto de su cuerpo desnudo pegado al mío hasta que ella quiero saber mi respuesta a sus palabras.

¿Yo la quiero? Maldición, es que yo la amo. Pero no merezco decírselo, no voy a dañarla así.

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Estaré subiendo los capítulo que le faltan poco a poco, más interacciones vea, más subiré ♡
Espero la estén disfrutando.
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