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jiyoo estaba sentado junto a dabum y joowon en el gimnasio. recordó horas atrás cuando kyungjun fue a buscarlo para que dejara su bolso en el lugar donde dormiría, un momento muy caótico, por cierto.

a lo lejos, desde donde estaba apoyado, divisó a yoonseo y jungwon. las dos chicas conversaban mientras la de lentes no dejaba de mover sus dedos por el celular. quedó impresionado; siempre se preguntó como podía ser una persona tan tecnológica, sabía de todo y era muy inteligente.

trató de recordar el primer día de clases cuando acababa de llegar a la escuela, pero algo no le cuadraba. era muy confuso si lo pensaba bien ¿acaso alguna vez habló con jungwon? ¿por qué no podía recordarlo?

—que raro... —susurró entre la música que sonaba desde el parlante.

observó a mina y a las demás chicas ensayar un baile con una canción latina de fondo. debía admitir que lo hacían muy bien y de cierto modo, verlas practicar era entretenido, aunque se notaba que habían diferencias de opiniones entre ellas.

pronto, la música dejó de sonar cuando kyungjun hizo su aparición y apagó el parlante. jooyoung y mina rápidamente protestaron y lo volvieron a encender.

antes de que kyungjun pudiera percatarse de que jiyoo estaba allí, este se levantó de su lugar y salió sigilosamente sin que nadie lo notara, procediendo a encerrarse en el baño.

no había tenido tiempo de decirle a su madre que todo estaba bien; quería que supiera que llegó a salvo. metió su mano en el bolsillo, sacó su celular, desbloqueó la pantalla e inmediatamente le envió un mensaje, pero la señal era muy mala. intentó enviar otro mensaje, pero nada cambiaba.

—¿y si voy a la azotea?

suponiendo que era una brillante idea, salió del baño apresuradamente en dirección hacia aquel lugar, pero sus pasos se detuvieron en cuanto observó a kyungjun con un balón en las manos. detrás de él, como siempre, estaban seungbin y jinha. también estaban dabum y joowon.

no estaba de muchos ánimos para aguantar a kyungjun, en ese momento lo único que pensaba era en su madre y en cómo lograría comunicarse con ella, así que se escondió esperando a que se fueran para salir directo a la azotea y encontrar señal.

—oigan —los llamó joowon —¿cuándo me van a devolver mi dinero? —preguntó con cierto temor —necesito pagar la matrícula de la escuela.

—joowon... —jinha se acercó hasta llegar donde estaba el chico y colocó una mano sobre su hombro —no seas así, somos amigos. te dije que también te iba a pagar intereses. dame un poco más de tiempo ¿quieres?

—pero lo necesito...

—¡cállate, maldita sea! —le gritó seungbin —estamos en un viaje escolar ¿por qué nos pides dinero? —su amenaza fue abruptamente interrumpida por dos golpes en su nuca por parte de kyungjun.

—¿de nuevo estuvieron haciendo apuestas? —al no recibir una respuesta como tal, supuso que era un sí —dabum ¿también les prestaste dinero?

—ah, sí, pero puedo esperar. no hay prisa —contestó temeroso.

—¿jiyoo?

¿cómo carajos sabía que estaba ahí? salió de su escondite con el corazón en la mano, ni siquiera había hecho ruido ni nada. además, seungbin lo estaba mirando como si lo fuera a matar si hablaba de más. se sintió nervioso y asustado, lo que menos quería ahora era ser golpeado.

—creo, no sé, no recuerdo —respondió algo avergonzado por haber sido atrapado así.

—¿no recuerdas?

𝘿𝘼𝙔𝙏𝙊𝙉𝘼 ── night has comeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora