Capítulo 1: El Huevo Negro con Rayas Rojas

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Un furret miraba con recelo un huevo dos veces su grosor corporal.

Coffee había estado viajando como hace siempre. Viajar se convirtió rápidamente en una rutina para él. Ir y venir de lugar a lugar; conocer a nuevos pokemones, nuevos colegas y nuevos aliados junto a una cultura nueva con una gastronomía nueva. (CFF: Es una self-insert, pero tranquilos, que este furret es todo menos yo xD).

El magikarp rociado con salsa de baya aranja y sumó de baya zidra era simplemente una exquisites...

Coffee se paso la pata por el borde del labio y se limpio la saliva que casi cae por su barbilla. No había tiempo de pensar en comida con su situación.

En frente de él había un huevo pokémon. Nada fuera de lo común salvo que el "huevo" era negro con rayas rojas, grande y estaba tirado en medio de la puta nada en un bosque abandonado por Arceus.

Coffee pensó.

No tenía sentido que haya un huevo pokémon en el bosque. En primer lugar, los pokémons oscuros estaban en los alrededores; en segundo lugar, ¿por qué una madre abandonaría casualmente su cría en medio de un bosque? El abandono de huevos no era raro. En estos tiempo turbulentos, miles de pequeños niños quedaban huérfanos y los que más sufrían eran los que aún no habían nacido. No era raro que los padres murieran en medio de una batalla que lo termina matando todo, incluyendo a ellos o que decidieran abandonar a su cría porque carecían de los recursos para sustentarle una vida digna.

Y, en tercer lugar: ¿Qué clase de pokémon da a luz un huevo totalmente negro con rayas rojas?

Independientemente del pokémon, todos los huevos pokémon eran prácticamente iguales tanto en forma como en apariencia. De no ser por el sexto sentido que tienen los padres de reconocer a su cria, muchas veces se hubiera causado una grave confusión.

Imagina que un Pikachu y una Raichu vean que de su huevo sale un geodude. ¿Cómo reaccionarán los padres ante ello?

Dejando atrás sus divagaciones, Coffee se movio alrededor del huevo y, acomodándose lo mejor posible, uso su cuerpo como nido improvisado; dándole calor y afecto al huevo.

Era de noche; una noche bien fría; en esta región, nieve caía y el bosque aullaba con sonidos distantes de rugidos de pokemones corruptos. Coffee no dejaría a una cría de pokemon solo en medio de este inhóspito lugar.

Se dio cuenta de que este lugar no era muy seguro, así que se dispuso a irse al árbol en donde una comunidad de furrets se reunió.

Usando sus pequeñas patas, Coffee movio con delicadeza el huevo hacia un gran árbol con muchos agujeros en donde yacían un montón de otros furrets juntos a sus pequeñas crías. Los demás furrets miraron con curiosidad a Coffee y con recelo al huevo negro, pero no dijeron nada y solo se limitaron a ver.

Coffee sabía que no era realista poner el huevo en algún lugar dentro del árbol. Era muy grande y no cabría en ningún lado, aparte de que sería muy incomodo dormir aplastado por el huevo en un lugar tan limitado como lo es el agujero del árbol.

Así sin más, Coffee se movio al rededor del huevo, puso varias ramitas, paja y pasto; creo un nido muy improvisado que tenía una apariencia lamentable; parecía como si el viento se lo llevaría en cualquier momento.

Coffee no dijo nada ni se quejo. Se movió hacia el huevo y se acurrucó al rededor de este, rodeándolo con su extremadamente largo cuerpo felpudo y emitiendo un ligero ronroneo junto a un lindo suspiro para terminar el día.

"Buenas noches, pequeño o pequeña...", fue el último pensamiento de Coffee antes de irse al mundo de los sueños. (CFF: Zzzz...)

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Mi Vida como Aggron: FurretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora