DESPUÉS DE LAS FIESTAS

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El frío invernal se colaba por todos lados a pesar de tenerlo todo cerrado, la temperatura disminuía pero no le podía importar menos, de hecho se encontraba centrado en el piso de su sala, dónde claramente hacía mucho más fresco que en otras partes del departamento por los enormes ventanales que tenían un extendido paisaje de la nevada ciudad de Yokohama, con luces parpadeantes y coloridas por todos lados, una clara vibra navideña en toda su extensión, pero esto también le tenía sin cuidado alguno. El estaba concentrado en terminar el maldito papeleo que se llevó a casa cuando Kouyou prácticamente lo arrastró diciéndole que no iba a ser el único amargado esa noche y era mejor ir a celebrar pero después de que el casi ni probara el alcohol de la fiesta que había organizado su hermana solo se encargo a llevarla a su propio apartamento y luego salir directo al suyo para terminar ese maldito papeleo.

Y siempre ha pasado así por más de cuatro años consecutivos, se llena de trabajo unos días antes de navidad e incluso se ha llevado trabajo de otras divisiones, planea quedarse en la oficina y salir pero Kouyou aún trata de animarlo sacándolo a beber o a comer con todos sus hombres, pero termina llevándola a su casa más que ebria y ella le dice que ya no tiene caso pensar en el pasado, entonces se acuerda de un maldito rostro que lo persigue aún después de cuatro años y vuelve a su propio apartamento a terminar el trabajo que le falta y después es lo que pasa después de que lleva un buen rato sin poder concentrarse...

Así que mira los papeles que sostiene y se saca el cigarro que tenía entre los labios, el no suele fumar y solo lo hace cuando está estresado o... Con una cascada de recuerdos nostálgicos como ahora, aunque el desea con todas sus fuerzas estresarse con la montaña de papeles que tiene a un lado más los que están en la mesa regados pero simplemente no puede. Todos esos recuerdos de esa navidad le invaden y le presionan el pecho haciendo que la vieja herida vuelva a abrirse y ahora con mucha más fuerza y se pregunta porque tiene que ser así, está arto de vivir en ese bucle y ahora mismo baja los papeles y los pone junto a todos los demás sobre la mesa. Y después de toda la noche ignorando el paisaje que le brinda su apartamento, lo mira. Mira como toda la ciudad parece nunca apagar las luces que en esas fechas la adornan, las carreteras son ríos de luz y hay personas que nunca afuera cuando ya es de madrugada.

Resopla en una risa sarcástica el humo que tenía contenido en su boca y pasa su mano por su cabeza revolviendo sus cabellos ya se por si salvajes y se queda en silencio unos largos minutos más. Se termina el cigarro y lo apaga en el cenicero sobre la mesa, teniendo varias colillas más sobre el. Piensa que tal vez Kouyou tenga razón y ya no tenga caso pensar en el pasado, sabe que su compañero no volverá más, sabe bien que esa promesa que hicieron en una noche como esa quedó en el olvido cuando el se fue, sabe que ese maldito se llevó parte de la poca felicidad que tenía con el y también sabe que esa fue la navidad más especial que nunca tuvo en su vida, aún la recuerda claramente, como todas esas luces que ahora veía desde lejos le habían deslumbrado y comprendía porque a las personas parecían gustarles tanto esas lucecitas parpadeantes, recuerda que no pudo dejar de sonreír los siguientes días y como Dazai le pellizcaba las mejillas para que dejara de hacerlo porque se veía extraño, aunque él sonrojado por verlo sonreír se veía aún más extraño.

Soltó una risa por lo bajo y mantuvo la ligera sonrisa que le provocó mientras se levantaba des suelo y se dirigió a la cocina. Con pasos firme y movimientos fluidos tomo una botella de una cosecha tinta francesa que le había regalado un cliente en una reunión de negocios hace unos meses, la abrió y se sirvió en una copa de vidrio alto de esas que le había regalado Kouyou en su cumpleaños. En cuanto terminó la primera copa en la cocina, se sirvió otra y está vez se dirigió de vuelta a la sala, apagando todas las luces con su habilidad activada, puso su reproductor y coloco esa música de piano que le relajaba tanto. Volvió a sentarse en el piso y a contemplar la ciudad está vez con mucha más visibilidad, sin luces encendidas podía ver cómo ese lugar parecía estar aún en un día rutinario, aún con mucho movimiento para ser de madrugada.

UNA NOCHEBUENA [Three-shot SOUKOKU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora