No es un panda grande y gordo, Es el panda grande gordo. Algo torpe si tenia que decir, glotón, y muy infantil, o demasiado entusiasta cuando se trata de Kung Fu. De hecho dudaba si en su cabeza no había otra cosa que no sea comer y las artes marci...
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En uno de los doce singulares ecosistemas de la tan conocida "Zootopia", destacado por su temática a la Asia Oriental, sus bosques templados y sus hermosos valles rodeados de una barrera de altas montañas. Circulaba una leyenda. Una leyenda sobre un guerrero cuya habilidades del Kung Fu, eran material de leyenda. Rondaba por las solitarias y oscuras calles del valle, ondeando su barbárica capa que movía al ritmo de la brisa nocturna, con un sombrero de bambu que cubría la parte superior de su rostro para evitar que cualquiera que lo vea se cegara ante semejante epicidad. En su mano el guerrero cargaba una bolsa repleta de dumplings; pequeñas bolitas rellenas, que llevaba a su boca con dos palillos haciéndolo ver aun mas bárbaro.
Deambulaba en busca de contrincantes dignos, contrincantes cuyas maldad era tanta para provocar caos en tan apacible lugar. Haciendo temer hasta el mas valiente, pero el, era la excepción, su mera presencia era tributo de poderío y magnificencia. Y como si de una invocación se tratase el formidable guerrero pudo detectar, con sus desarrollados sentidos, la presencia de no solo uno, sino miles de seres que lo acechaban. Deteniendo sus pasos, espero con paciencia a que aquellos que lo seguían, mostraran la cara, y de la sombras, la figura de un lobo se dejo mostrar, con un pelaje desarreglado, partes calvas, un ojo ciego, dientes de oro, y una enorme hacha en su mano, el lobo lo apunto y le dijo:
― ¿Así que te gusta pelear? ¡Entonces enfrenta a nuestra manada! ―el lobo exclamo, soltando un aullido hizo que toda su manada de lobos se hicieran presente, de entre los callejones, tejados, hasta de un basurero, no había lugar que no fuera ocupado por un lobo― Tu no vas a impedir que nos hagamos un festín en el valle. ―el lobo se relamió el hocico que tenia baba cayendo, deseoso de probar la carne, beber la sangre, y afilar sus dientes con los huesos.
El guerrero no dijo nada; tenia la boca llena, se mostraba imperturbable ante la horda de enemigos o la amenaza del lobo. Su figura firme expulsaba confianza, su serenidad transmitía nerviosismo a sus rivales, su poca reacción ante las amenazas implicaba peligro para aquel que lo desafiara. Finalmente el guerrero trago, y después hablo:
― Suficiente charla, luchemos. Waah!!! ―el guerrero exclamo de una forma magnifica, lanzando la bolsa de dumplings al aire para dar un salto, y con sus veloces pies dar patadas a cada uno de las pequeñas bolitas de delicia que fueron arrojadas con fuerza hacia algunos de los enemigos.
Cayendo los mismos de los lugares en los que estaban parados, en su mayoría los que estaban encima de los tejados. Iniciando así la confrontación. Con un aullido del Lobo alfa la manada arremetió contra el, todos alzando sus hachas, cuchillos, garrotes, con un único objetivo, perforar su escultural cuerpo. Una sonrisa feroz se asomo ante el atractivo rostro del guerrero, y con movimientos asombrosos de su implacable Kung Fu todos los enemigos volaron por los aires. Sus golpes, patadas y movimientos eran tan letales que sus enemigos quedaban estupefactos antes semejante maestría en el arte de la defensa. Viendo impotentes como sus armas, las cuales habían acabado con la vida de miles de quienes se atrevieron a desafiarlos, no eran mas que una mero chiste para alguien tan asombroso.
