Ladrón - Minsung

Epílogo

— Es la última caja — Jisung murmura antes de tirarse en el sofá que aún tiene plástico a su alrededor, no le importa, ya esta demasiado cansado como para detenerse a quitar el molesto plástico que cruje cuando Jisung se mueve.

— Es oficial, nos mudamos juntos — Minho suelta la caja que tenía en sus manos y se acuesta a un lado del rizado quien lo besa cortamente antes de sonreír.

Después de dos años sobreviviendo a las habitaciones del campues, con ambos trabajando después de la escuela a medios tiempos y en tiempos completos durante las respectivas vacaciones al fin lo lograron, claro con un poco de ayuda de sus padres, al fin tienen un departamento decente.

— Deberíamos celebrar — Jisung murmura cerca del cuello del castaño antes de besar el mismo, Minho resopla y lo abraza más cerca de él, Jisung entiende el mensaje y se acomoda en su regazo.

— Deberíamos dormir primero, mañana podemos celebrar con panqueques — Jisung asiente en aprobación a la sugerencia y se acurruca en el pecho de Minho.

— Suena como un buen plan — Minho sonríe y besa la sien de Jisung antes de levantarse con su chico en brazos y caminar a la habitación.

— Vamos a darnos una ducha primero.

— Animo amigo, tú puedes — Changbin le sonríe y Minho asiente.

El reloj marca dos minutos antes de las dice y es ahora o nunca, Minho se acerca a Jisung quien está platicando con su madre, su sonrisa hace al pecho de Minho calentarse placenteramente, coloca una mano en su cintura y Sana le sonríe antes de alejarse.

— Amor, necesito que busques algo por mí — Jisung frunce el ceño.

— Pero Minho, ya casi es media noche, me perderé el brindis.

— No lo harás si vas ahora, iría yo mismo pero estoy ocupado ayudando a mi mamá en la cocina — Jisung resopla y refunfuña pero asiente — está en el primer cajón de la cómoda, estoy seguro de que sabrás lo que busco — Minho le sonríe y Jisung camina algo molesto hacia la habitación.

Minho lo observa desde la entrada, está siendo cuidadoso de que Jisung no lo note, sabe el momento exacto en que Jisung nota la pequeña caja azul de terciopelo y la abre, un resoplido de sorpresa se le escapa y se gira, su mirada es en rime y sorprendida y Minho entra en la habitación no muy seguro de sí fue una buena idea, tal vez fue muy pronto, está a punto de pedir disculpas cuando Jisung habla.

— Sí, joder sí, sí, sí — se lanza a los brazos de Minho y las campanas de año nuevo suenan en ese instante, Jisung solloza y hay una enorme sonrisa en su rostro, Minho lo besa y susurra un "feliz año nuevo" antes de colocar la sortija en el tembloroso dedo de Jisung.