(HumanoXvampiro/🔞) Nat es un estudiante universitario que está teniendo sueños muy extraños y presiente que algo lo acecha desde la oscuridad. Cuando una noche de lluvia conoce a un extraño muy atractivo, su destino cambia para siempre.
Este fic está dedicado a Mar (MarMarinho) Escribí esta historia como regalo del amigo secreto. Me pidió una historia de vampiros <3
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
I
La lluvia caía implacable, siendo tragada por la noche negra afuera de la grande y antigua biblioteca, donde Nat se hallaba estudiando hasta la madrugada. Era la época de exámenes y, debido a la alta demanda, la principal biblioteca del campus estaba abierta las 24 horas del día durante toda la semana, hasta que la odisea estudiantil llegara a su fin.
Nat guardó sus libros y su laptop en su mochila, bien seguros para evitar que se mojaran, y entonces miró su reloj de pulsera: Las agujas indicaban las 2:05 de la mañana y aún había algunas personas repartidas por las mesas de la amplia área de estudio.
Un silencio entumecedor reinaba en el lugar, ocasionalmente interrumpido por el apagado sonido del roce de las páginas o de las teclas de una laptop. Nat se levantó y se dirigió al mesón de atención para devolver un par de libros que llevaba en las manos.
—¿No llevas un paraguas, cariño? —le preguntó con preocupación la mujer, mientras gestionaba la devolución de sus libros.
Nat abrió la boca para responder, mas justo en ese momento un fuerte relámpago interrumpió sus palabras. El pequeño estudiante se estremeció, saboreando la electricidad en el aire que lo rodeaba.
—Estoy estacionado al frente, así que no me mojaré demasiado —respondió al fin con una sonrisa forzada.
—Eso es bueno, aquí tienes. —Le devolvió su tarjeta de estudiante—. Que llegues bien a casa, cariño.
—Gracias, que tenga una buena noche. —Se despidió Nat cortésmente.
A continuación el joven estudiante se dirigió a la salida adornada por una gran mampara de vidrio, pero antes de abrir la puerta miró a través de la espesa noche, escaneando los alrededores. El relámpago de antes no era lo único que hacía que su piel se erizara como si una estática lo envolviera. Mientras había estado sentado estudiando, varias veces los finos cabellos de su nuca se pararon en alerta ante la sensación de estar siendo observado desde el otro lado de la ventana.
Nat soltó lentamente el aire que no sabía que estaba reteniendo, se subió hasta arriba el cierre de su chaqueta y entonces abrió la puerta, cruzando el umbral para salir a la hostil intemperie.
La fría lluvia le pegó de lleno en el rostro, mojando sus lentes y haciéndole arrepentirse de no haber preferido los lentes de contacto ese día. Entonces, tratando de ver con dificultad, corrió hasta su auto que estaba estacionado al cruzar la calle.
Otro relámpago iluminó el cielo nocturno y todo el estacionamiento, cuando Nat logró quitar el seguro y refugiarse en la comodidad de su carro. Cerró la puerta del conductor rápidamente y dejó caer su mochila en el asiento del copiloto. Se pasó la mano por el cabello mojado tratando de quitar el exceso de agua y despejar su rostro, se quitó los anteojos y los secó con los pañuelos que traía en la guantera.