Parte 3

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III

Nat se encontraba en una pequeña cafetería que había cerca del edificio donde vivía. Estaba sentado en una mesa en el exterior, bebiendo un té helado de matcha con leche de coco, mientras esperaba bajo la gran sombrilla que le protegía de los rayos del sol de verano.

Aunque no sabía a quién esperaba. 

La noche anterior había encontrado una nota que alguien había pasado por la rendija bajo la puerta de su apartamento. La nota decía que lo esperarían en este lugar a las seis de la tarde y al final de la misma estaba firmada con una letra K.

Kornthas. Pensó Nat, aunque no quería hacerse ilusiones. El hombre había desaparecido hace un mes y el corazón del joven estudiante aún estaba roto. Aquella noche en que se fue, Nat pensó por un momento que lo había convencido de quedarse a su lado, sin embargo, Kornthas había ido a despedirse y eso fue justo lo que hizo.

Así que aquí estaba ahora, sin saber qué esperar. Por una parte, tenía la esperanza de que Kornthas aparecería en cualquier momento y le diría que estaba arrepentido de haberse ido, que lo había extrañado tanto como Nat a él, que había pensado en él todos los días al igual que había hecho el más joven. 

Por otra parte, su lado más racional le decía que Kornthas probablemente había cumplido su objetivo y ya estaba muerto, asesinado por su creador. No podía evitar pensar que la nota era extraña, es decir, ¿por qué Kornthas le dejaría una nota en vez de hablarle directamente? ¿Por qué citarlo en un lugar público cuando tenían más privacidad en su apartamento? No tenía mucho sentido.

Sin embargo, Nat quería desesperadamente que fuera verdad. Su corazón aún dolía mucho por su desaparición. De pensar que Kornthas ya no existía en este mundo y que sus almas jamás volverán a encontrarse de nuevo, pues luego de morir la que pertenecia al otro hombre había sido condenada a la nada.

El joven estudiante estaba sumido en sus pensamientos cuando de pronto una persona se sentó en la silla frente a él. Su corazón se aceleró y luego se hundió en la decepción al ver que no era la persona que esperaba. Quien tenía frente a él era una mujer alta, de rasgos europeos, que llevaba lentes de sol oscuros y un elegante sombrero negro.

—Gracias, por venir. Es un gusto conocerte, Natasit —lo saludó ella con una media sonrisa de labios rojos y seductores.

—Usted escribió esa nota—la acusó Nat, con el corazón roto.

—Siento haberte engañado. Pensé que no vendrías a menos que me hiciera pasar por Kornthas —la mujer no parecía arrepentida en absoluto. De hecho, había una extraña indiferencia en sus ojos azules y en su aura, la que le dio escalofríos. Como si sólo fuera la cáscara de una persona, como si no tuviera humanidad.

La mujer tenía el cabello largo y liso, de color negro brillante. Llevaba puesto un hermoso vestido rojo de escote pronunciado y de corte simple pero elegante. También llevaba unos elegantes guantes de encaje negro que casi llegaban a sus codos y que hacían juego con su sombrero. El toque final lo daban unos aretes de oro con rubíes, al igual que el collar en su cuello del que colgaba una lágrima de rubí.

Sin duda era una mujer muy hermosa y elegante.

—¿Quién eres? —preguntó Nat, aunque ya tenía una teoría.

—Mi nombre es Ecaterina. —Luego agregó: —Podría decirse que soy el Amo de Kornthas.

El estudiante sintió que su fuerza abandonaba su cuerpo y era sustituida por la pérdida y el duelo.

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⏰ Última actualización: Dec 27, 2023 ⏰

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[MaxNat] Ecos de Medianoche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora