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Mierda, mil veces mierda.

Mi alarma del celular no paraba de sonar, despertándome y también a la chica acostada junto a mí.

Volteo a ver a mi alrededor, esperando que lo de anoche hubiera sido un sueño, pero no fue así, seguía en la habitación del hotel con una total desconocida.

-Apaga eso- murmura la rubia sin levantar la cabeza, y abrazándome más a ella, algo que me tomo por sorpresa, por lo que retiré su mano y me levanté rápidamente, arrepintiéndome de haber bebido tanto la noche anterior, pues la cabeza me estaba taladrando con cada movimiento que hacía.

"eso te pasa por fácil" pienso para mis adentros.

Comienzo a vestirme ahí mismo, hasta que siento que la rubia me estaba observando.

-¿Ya te vas?- pregunta todavía un poco dormida y yo asiento. -¿Por qué no te quedas otro rato y repetimos lo de anoche?- por eso uno no puedo quedarse a dormir con las personas después de un polvo.

-Tengo que ir a trabajar, así que gracias, pero no- respondo buscando mis bragas. -Ha sido un placer...- ¿cuál era su nombre? -¿Vanessa?- pregunto.

-Victoria- responde tirándome lo que estaba buscando. -¿Y tú? ¿Elisa?

-Eleanor- corrijo y me termino de vestir. -Mira, por lo de la habitación- le paso unos treinta euros, pero ella niega.

-Ya pagué anoche, tranquila- la rubia se estira más sobre la cama antes de sentarse, totalmente desnuda. - ¿Disfrutando la vista?- "sí..." pero, me encojo de hombros restándole importancia a su comentario dándole la espalda. -¿No te apetece desayunar antes de irte? Podemos pedir servicio a la habitación

-No- niego inmediatamente, lo que menos necesitaba era quedarme a charlar con mi polvo de anoche, debía irme a casa, arreglarme e ir a trabajar, nada más, y no porque la chica no fuera atractiva, lo era totalmente, era un poco más alta que yo, su maquillaje oscuro (que ahora estaba todo corrido) resaltaba más sus ojos azules, su cuerpo era perfecto, tenía unos pequeños pechos preciosos que iban perfecto con ella, y ni hablar de su boca, en serio, la chica fácilmente podría ser el tipo de cualquier persona, pero ahora no estaba ni quería establecer nada, y las conversaciones llevan a interesarse y no iba a ser el caso.

-Anoche no parecías tan esquiva

¿Disculpa? ¿Esquiva yo?

-Eso es porque ambas queríamos una cosa y ya- ¿dónde diablos estaba mi bolso?

-¿Y eso es?

Recorro toda la habitación hasta divisarlo bajo la cama, específicamente, bajo la rubia, por lo que me agacho a recogerlo.

-Sexo- respondo revisando que todas mis pertenencias estuvieran ahí, cuando escucho una risa por parte de ella la miro curiosa. -¿Qué?

-Sutil tú- menciona levantándose.

-¿Me equivoco?- pregunto divertida terminando de acomodarme para salir.

-No dije que fuera malo- responde. -Sólo...diferente

¿Diferente? ¿Cómo diferente? El caso, no tenía tiempo de seguir hablando.

-Adiós- digo levantando mi mano, pero ella me toma del brazo, devolviéndome y dándome un beso, que realmente me tardo un poco en devolver, porque bueno, la chica está buena, no soy ciega.

-Así se dan los buenos días- dice sobre mis labios. -Y también las despedidas- se separa luego de acariciar mi trasero. -Adiós, guapa- me pasa una servilleta con su número anotado y sin más comienza a recoger su ropa para vestirse también.

"Eso fue sexy" NO, vete, vete ya Eleanor antes de que pienses más sobre la hermosa chica de anoche.

Decidida, salí de la habitación sin voltear a verla más, casi corriendo para salir de ese lujoso hotel donde me había llevado, le pido el favor a los de recepción si me podían pedir un taxi, lo cual hicieron sin dejar de juzgar mi aspecto, ¿acaso no estaban acostumbrados a que la gente pase la noche y ya?

Agradecí que el señor del taxi solo se limitó a preguntar la dirección y cobrarme, porque no tenía paciencia para más realmente, aunque ese no fue el caso con el portero del edificio.

-Señorita Eleanor- saluda sonriente, mirándome de arriba abajo. -¿Pasó buena noche?

-Sí, gracias- respondo molesta, subiendo a mi departamento, tirando mis cosas y desvistiéndome para entrar a la ducha.

Me dolía todo el cuerpo, y no me sorprendía, anoche la chica me había dado uno de los mejores y más intensos polvos de mi vida, pero ahora mi cuerpo pagaba las consecuencias, pero no tuve tiempo de descansar bajo el chorro de agua caliente, sólo de asearme lo más rápido posible, cuando salí, me vestí con un jean negro ajustado, una blusa suelta beige, un blazer negro y unos botines a juego.

Me observo en el espejo antes de salir de la casa, hasta que me doy cuenta que tenía no sólo uno, pero varios chupones desde mis senos hasta mi cintura, los cuales, gracias a mi gran elección de blusa dejaban ver unos cuantos.

Genial, lo que me faltaba.

Agarro una bufanda ligera para cubrirme y vuelvo a salir para el estudio.

Llegando, me encuentro con mi mejor amiga y roomie, Vera, quien me estaba matando con preguntas sobre anoche.

-Sólo follamos y ya, Vee- le respondo, restándole importancia, preparando mis cosas. -Además, también te vi bien a gusto con su amigo el tatuado

-Touché- menciona riendo. -Buen polvo también- me río al igual que ella, sabiendo que habíamos conseguido nuestro objetivo de la noche, disfrutar. -¿Te espero para almorzar?

-No creo- respondo. -Nos dijeron que esta sesión puede tomar mucho tiempo- ella se encoge de hombros antes de abrazarme y desearme suerte, al igual que yo.

Termino de organizarme, quitándome el blazer para estar más cómoda, esperando que la banda que íbamos a filmar y fotografiar llegaran, pero se tardan bastante, tanto que me estaba empezando a quedar dormida, o bueno, eso hasta que Olivia, una de las maquilladoras me moviera, anunciando que ya habían llegado.

Hard to get (Victoria de angelis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora