Capítulo #1: Madish y Maxwell

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"El hombre nace bueno, es la sociedad la que lo corrompe"
-Jacques Rousseau-

Umm ¿como debería empezar esta historia? Creo que por el comienzo de todo. Me llamo Maxwell y tengo 22 años. El 15 de noviembre del 2001 en un hospital nacimos mi hermano Madish y yo. De ahí tube la misma vida que un niño normal y desde que nacimos mi hermano y yo éramos tan unidos que parecíamos saber que pensaba el otro casi al instante. Nunca nada nos dividía, trabajábamos y coperabamos juntos como una unidad.

A mi me encantaba leer. Era todo un prodigio, con 11 años consegui una beca en una Universidad y conocía ampliamente cualquier campo o materia y sobre todo psicología. Podía leer a las personas como si fueran uno más de mis tantos libros. Pero mis conocimientos y comprensión de las personas me hacían casi saber al 100% lo que pensaba alguien, y era un amargo sabor de boca. La persona más dulce y agradable era ácida y podrida por dentro. Mi don resultó ser una maldición que hacía apartarme de toda forma de vida. Odiaba a las personas y el único escape de todas ellas, a ese mundo tan crudo y retorcido era mi habitación fría y desolada, era como mi santuario en el que hallaba paz. Mis libros y mi tecnología eran mi unica compañía, ¿para que necesitaba a otras personas?.

Mi hermano, bueno, era la otra cara de la moneda. Tenía un carácter alegre y risueño. Era muy sociable, amable con todos y hacia reír al más triste en solo unos segundos. Me encantaba compartir mi alegría y quitar todo rastro de dolor, era como una esponja que absorbía la tristeza de las personas y las limpiaba de esa carga y de todo su sufrimiento. Emotivo, hasta el punto de llorar por cualquier animalito muerto y no tener el valor de ni matar ni comermeselos pensando en si sufrieron al morir. Pero también era impulsivo y explotaba como un volcán a la más mínima provocación. No toleraba ni la burla ni los insultos y por eso me buscaba muchos problemas.

Su imperactividad, ansiedad y impaciencia acababan dominandolo siempre y hacían de él un cóctel extremadamente explosivo.

Ambos éramos mundos aparte pero coincidíamos perfectamente y éramos increíblemente unidos. Yo pasaba horas en mi estudio en el piso superior y ahí perdía las horas en los infinitos mundos de mis incontables libros. Mi hermano trabajaba, cocinaba, salía a resolver algunas tareas. Básicamente era como relaciones públicas, por que yo detestaba el contacto humano y físico, hasta el punto de varios conflictos cuando me tocaba ir a comprar comida en un centro de comida rápida o algo así y q me exponía al mundo exterior.

Los días, meses y años pasaron rápido. Hasta ese trágico día de Septiembre. Era 16 como olvidarlo, cayó un lunes y veníamos mi hermano y yo en el auto de nuestros padres después de un día de salir a la playa. Ya estaba atardeciendo cuando una luz de momento me deslumbró en el rostro. Los siguiente que recuerdo fue el crudo choque y mi cuerpo crujir como si se estuviera abriendo una nuez. De ahí perdí el conocimiento, solo veía flashbacks de lo que parecía ser luces de un hospital y unas voces a lo lejos.

Al recuperar la conciencia me encontraba en la cama de un hospital y con un suero intravenoso en el brazo izquierdo. Justo al despertarme entró una enfermera y al avistarme enseguida llamó al médico de guardia más cercano. Entró un chiquillo de 17 años que debía ser residente o estudiante por su ropa, de tez y facciones como de la India, amplia nariz y ojos semirasgados. Su acento confirmaba que era de ascendencia hindú.

-Umm, no pareces tener alguna lesión, tu signos vitales están bien, tus reflejos funcionan perfectamente así que todo parece estar bien. En cuanto me comunique con el cirujano de tu operación y el médico acargo te diré que haremos. Pero no te preocupes.

-¿Y mi hermano?

-¿Hermano?

-Sí. Mi hermano gemelo, se llama Madish, Madish Goodnees, estaba en el auto conmigo así que debió ingresar a este hospital. Por favor dígame donde esta, necesito verlo -digo subiendo el tono de mi voz y alterándome aun más por este raro presentimiento de que algo andaba mal.

-Mire calmese.

-¡No me diga q me calme! ¡Necesito saber de mi hermano! ¡Necesito verlo! ¡Necesito saber que esta vivo!

El joven doctor se recojio de inmediato del miedo como si hubiera despertado a un dragón de su cueva. Tenía que elegir que decir exactamente para no ser devorado x esa bestia frente a el así que dijo:

-Mire, emmm -decia mientras miraba mi planilla medica- Maxwell, yo entré hoy temprano en la mañana, así que no tengo idea de en que lugar de esta sala esta su hermano, pero le pido que me de tiempo para buscarlo. Mientras tanto por favor le indicaré unos sedantes y algunos analgésicos para el dolor, así que le pido que se mantenga tranquilo hasta que vuelva con más detalles ¿si?

Me quedé de hielo, su expresión, su respiración entrecortada, su voz temblorosa, su ojos nerviosos y sus pies apuntando a la puerta. En seguida los supe. Mire al médico y con la mirada más fria del mundo dije:
No se preocupe, ya se que mate a mi hermano.

Me miró como si fuera un adivino y me dijo:
-¿Como lo sabes?
-Por tu rostro, es sencillo.

El medico estaba muerto del miedo pasó de la sarten al fuego y su única reacción en ese instante en el que mi mirada se le clavaba en sus ojos fue huir en busca del médico acargo. Cuando se fue, me recosté hacia atrás pensando en mi hermano y lo que había hecho, en eso una voz me molesto:
-Y eso, ¿se murió alguien?

Me levanté como un rayo para comprobar, y, efectivamente el estaba enfrente de mi, riéndose como de costumbre. Se que estoy seguro de la expresión del médico, mi hermano murió, así que, ¿quien rayos es esta persona? ¿Me habré vuelto loco?

Me encanta desayunar Cerebros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora