Capítulo #2: Infinitas tormentas

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“En este océano de tristeza, nunca nada está en calma. Hay tormentas que amenazan con hundir la embarcación. Hay arrecifes de supuestas amistades que mellan tu vida. Y hay más peligros y problemas que solo los interrumpen segundos de paz” —Enmanuel B.R—
Me quedé de piedra, el aliento se me congeló y tragué en seco. Mi brazos se extendieron en automático y justo cuando iba a abalanzarme hacia el llorando, un frío que recorrió por mi espalda me detuvo. Ese presentimiento tan cruel solo hizo que me quedara de piedra ante la cálida sonrisa de Madish, solo pude decir en vos baja:
—Tu, ¿tu estas…..
—Sip -dijo el cortando ese aire denso que me rodeaba y dejándome en shock.
—Entonces como es….
—Como es que, -dijo interrumpiendome- ¿que este ahora aquí en frente de ti? Tonto hermanito menor, yo solo soy un producto de tu mente. Un fantasma que tu conciencia y recuerdos han revivido. Recuerda: nunca se olvida….
—Las cicatrices con las que cargamos -dije con cierta tristeza.
—Exacto, para algunos es su baliza de escape a ese profundo océano de tristeza. Para otros es el ancla que te lleva hasta el fondo. Pero debes aprender a vivir, a seguir adelante. Tu mente me retiene, no consive una vida sin mi, es tanto el trauma y el shock que me creo a mi para ayudarte a subsistir. Algún día superaras todo esto, aprenderás a vivir con el dolor, y a poder nadar en la tristeza hasta encontrar tierra firme.
—No sabes lo que eso significa.
—Sí si lo se pero aveces debes de dejar que todo ese dolor fluya aunque creas que te mueres y poco poco poco mientras más liberas más liviana se hace tu carga.
—No puedo, me niego a hacerlo.
—No te preocupes mi pequeño hermanito, podre ser un invento de tu mente pero ambos sabemos que tengo el mismo sentimiento de curarte, y te quitaré todo ese dolor y cargaremos juntos con el.
Lloré hasta más no poder. Quería abrazarlo pero no podía, ¿como podrías abrazar a un conjunto de fragmentos de recuerdos y emociones que mi mente creaba. Pensaba que estaba loco al conversar con él, pero en cierto sentido volver a escuchar su voz me hizo derramar mi dolor aunque sea en forma de lagrimas.
Al instante entró un doctor, acompañado de un siquiatra. Ambos confirmaron después de tanto yo insistir que efectivamente mi hermano había muerto y me explicaron que tengo un pequeño tumor en el lóbulo frontal y durante mi accidente sufrí de un traumatismo cráneovascular que afecto aún más eso. Que, necesitaban hacer más pruebas y que mientras tanto podría experimentar cambios de humor, estrés, ansiedad, doble personalidad, alucinaciones y fuertes dolores de cabeza.
Al final los médicos me indicaron turnos, pruebas y varios medicamentos y una remisión a la sala de Neurología con otro doctor. Al irse, Madish se apareció y miró una imagen de la tomografía del tumor de mi cabeza y dijo:
—Sin duda esta es la foto más fea que me han tomado en toda mi vida. Y, ¿que harás ahora hermanito?
Su pregunta resonó en mi. No tenía repuesta, había saltado de la sarten al fuego. Mi mente me tenía dando vueltas. Empecé a hiperventilar y a mirar a todos lados. En ese entonces Madih dijo:
—¿Quieres vivir?
—Pues si claro que quiero.
—Pues vive, vive por nosotros dos. No te rindas, desde pequeño nunca te has rendido así que no puedes rendirte todavía. Eres muy fuerte emocionalmente, puedes lograr esto. Supera esto y luego vive una vida en la que no tengas que arrepentirte jamás, yo estaré contigo siempre.
—Lo haré -dije recuperando mi compostura.
Y desde ese momento, el y yo fuimos uno solo, pensando juntos como salir de cada situación y viviendo juntos la misma vida. Pase varios años en el hospital y en ese tiempo me las arregle para falsificar los documentos de la defunción de mi hermano y poner en ves de su nombre el mío. A partir de ese momento Maxwell había muerto, quería vivir por mi hermano así así decidí cojer su nombre tomar y vivir la vida que el debería tener. Al fin ya al cabo ¿quien era yo?, solo un conjunto de libros y una persona antisocial y hostil para todos. En cambio mi hermano era alegre y radiante, el era el q merecía vivir y no yo, por eso decidí hacerlo.
Así que después de todas la pruebas y varios años de investigación otros médicos mas especializados determinaron que por ahora el tumor era muy complicado de extraer, así que debido a que permanecía estable, determinaron darme el alta pero tenía que chequearme constantemente mi salud mental, vivir con medicación y cuidarme mucho pues mi salud podía empeorar de cualquier cosa.
Salí del hospital como otra persona. Llegué a mi casa, lo reordene todo y listo. Abrí una pequeña consulta y empecé a trabajar como Psicólogo a nombre de mi hermano ya q conocía mucho sobre el tema y mi hermano había pasado un curso y poseía el título. Pero no me imaginaba la cantidad de sorpresas y giros que tenía mi vida por delante. Y que empezaría por esa persona que estaba tocando a mi puerta en ese instante.

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⏰ Última actualización: Jun 26 ⏰

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