Parte 6

1.3K 16 0
                                    


Me deja tomar un poco de descanso, me acaricia y está sonriendo, ha apagado el vibrado, lo saca.

- Muy bien sumisa, ¿Ya me consideras tú Amo?

- Se me ha escapado, no estoy preparada para decirlo en voz alta, me ha pillado con la guardia baja.

- Ya te saldrá con más naturalidad

- No puedo, eso implica más cosas y yo no quiero

- ¿Qué implica?

- No sé, ahora no puedo pensar bien

- Bueno, luego seguiremos hablando, te voy a soltar, pero nada de juntar las piernas y brazos en los lados

- Sí Señor

Me quita las esposas, froto los brazos pero enseguida los pongo en cada lado de mi cuerpo, luego me suelta las piernas, es un alivio poder mover a mi antojo.

- Gracias Señor

- Creo que ya podemos quitar la cera de los pezones. - da un tirón nada más decirlo, lo hace con los dos a la vez, yo me lo froto - manos fuera mi perrita.

- Perdón Señor, pero ya podría haber hecho más suave eh, que ha dolido...

Me mira serio, y me callo al de momento, no quiero que se enfade, y le pido disculpas rápidamente.

- Perrita que no vuelva a ocurrir, la próxima vez no te la paso.

- Sí Señor, y gracias.

- venga, de cuatro ofreciendo tu culo, ya es hora que lo estrene.

Lo hago en seguida, dejando la cabeza entre las sábanas, dejando los brazos por encima de la cabeza, y levantando bien el culo con las piernas abiertas, se me escurre mi humedad por los muslos, deseando que me folle el coño más que el culo, no me apetece que lo estrene, me da miedo que me pueda hacer daño así como que me parece imposible que algo como su pene entre en ese agujero tan pequeño, o que cuando lo saque lo tenga sucio. Pero no digo nada, ya me dijo en su momento que lo iba a hacer, y que no me iba a pedir chuparselo después.

Me vuelve a acariciar, y a jugar cerca de mi ano, saca un poco de plug y lo vuelve a meter, así está un poco, luego lo saca del todo, echa un poco de lubricante, va primero poco a poco, al principio intento no moverme, pero no consigo mantenerme quieta, me agarra de la cadera para que no me aleje, con los nervios estoy apretando, dificultando su entrada.

- Relájate, o te va a doler, disfruta.

- No puedo, joder me estás poniendo nerviosa

- Suficiente, cuidado con cómo me tratas y dices - me dice mientras me da varios azotes - No me importa volver a castigarte, y ya sabes qué pasa si eres reincidente.

-ayyyy vale, perdón Señor, se me ha escapado - digo y me cubro el trasero.

- Mejor, manos fuera, y para que sea más divertido, creo que mejor es que te toques, pero sin meter los dedos.

- Jo, Señor, eso no ayuda a que me relaje, no me acostumbro a que alguien me mire mientras me toco.

- Venga, yo no soy alguien. ¿Quién soy yo? - vuelve a azotarme

- Es mi Señor

- Pues anda perrita, tócate para mí o este culo tuyo va acabar más rojo que un tomate

Me empiezo a tocar despacio, frotando el clitoris, haciendo círculos y de vez en cuando pellizcarlo, pero cada vez lo hago más rápido, y es cuando mi Amo para de azotarme, y vuelve con la labor de follar mi culo, va poco a poco, metiendo de poco a poco, parando cuando consigue meter un poco más, para que mi agujero se acostumbre, luego mete más, de vez en cuando debe agarrarme para que no me mueva de mí posición; mientras yo ya no sólo me estoy tocando el clitoris, sino también hago mini incursiones en mi coño, estoy muy mojada, se me escurre un poco por los muslos. Al final mi Amo consigue meter todo su pene, mantiene un rato dentro, luego va sacando y metiendo su pene cada vez más rápido, sin que me dé cuenta mi Amo dirige su mano hacia mi coño.

Encuentro con mi señorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora