"O7"

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Intruso









Shoto abrió los ojos con lentitud.

Estaba algo desorientado.

No recordaba haberse quedado dormido pero su cuerpo inclinado hacia una de los brazos del asiento lo delataba.

Como se encontraba mirando hacia abajo, se sorprendió al ver un par de zapatos de pie frente a él.

Alzó la mirada lentamente con extrañeza.

La sopresa en el rostro de Hiro lo hizo darse cuenta de lo que estaba haciendo.

"Mierda", maldijo por lo bajo cuando se percató de que fue totalmente descubierto.

Su plan original había sido simplemente entregar la mochila a la chica pero Recovery Girl le había prohibido la entrada, así que había pensado en esperar un rato y si aún no podía entrar, bien podría dejar la mochila de la chica allí. Seguro comprendía el mensaje.

Pero sus planes habían fracasado en cuanto el sueño lo venció.

- Sho-chan...

Shoto se levantó rápidamente antes de que Hiro pudiera continuar y le extendió en su mano la mochila.

- Solo vine a dejarte esto - a pesar de sus palabras, la mirada del chico se dirigió disimuladamente hacia el brazo de la chica que había sido lesionado.

Pudo ver que la manga del uniforme dejaba ver el inico de una venda envuelta por todo su antebrazo.

Hiro se percató de esto y sonrió algo satisfecha.

Aceptó la mochila.

- Pensé que estarías preocupado por mis heridas - Hiro hizo un puchero y habló reprochosamente.

Obviamente era todo fingido.

Deseaba sacar a Shoto un poco de quicio.

Incluso frotó la zona afectada como si le doliera cuando lo único que sentía era una ligera comezón.

Shoto sintió como una gota le corrió por la sien algo nervioso y preocupado al mismo tiempo.

- ¿Te... te duele mucho? - sus palabras salieron todas atropelladas.

Hiro casi sonríe cuando al mirarlo pudo reconocer a ese viejo Shoto, al Shoto de 5 años que siempre estuvo con ella.

Al final, no había cambiado tanto como ella pensaba.

- Sí, duele mucho - fingió una mueca de dolor mientras seguía frotando la zona de su brazo lastimada.

Si solo así conseguiría que Shoto le prestara atención, entonces no estaría mal lastimarse más seguido.

Shoto no sabía que decir y sus manos tampoco se estaban quietas.

Las palmas le temblaban.

Tenía ganas de tocar su brazo y examinarlo el mismo para ver si podía hacer algo para aliviar el dolor.

Claro, que tuvo que contener el impulso con mucha fuerza de voluntad.

Él tenía que recordarlo.

Él odiaba a Hiro y eso no debía cambiar.

No debía preocuparse por ella.

- ¿Me acompañas a casa? Tengo miedo de regresar sola - una mano se aferró a su manga igual que el día anterior en la estación del tren.

SNOWMAN [Todoroki Shoto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora