Las mujeres y donceles se preparaban para la celebración que daría paso al recibimiento del nuevo Sultan que habia ascendido al trono el día anterior cuando de repente se abrieron las enormes puertas del harem dejando ver como un joven rubio vestido elegantemente de blanco y joyas de oro y rubíes ingresaba al harem, su aura era tranquila pero desafiante y su perfil era majestuoso, no tenia comparación con los demás donceles y mujeres del palacio, la figura avanzo adentrándose a paso lento a la parte superior del harem donde se hospedaban los donceles favoritos del sultán, todas observaban como ese joven tenia la mirada baja y perdida como si lo mas horrible acabara de ocurrir frente a sus ojos, detrás de el iban unos escoltas y una dama de compañía, como era posible que un esclavo que habia llegado hace dos dias ya tuviera esos lujos antes de que el sultan llegara al palacio.
Al llegar a su habitación el doncel pidió que se retiraran pues debía prepararse para la ceremonia del día siguiente en la cual el participaría como bailarín, al estar solo el joven no pudo contenerse y se desplomo sobre sus rodillas sin poder aguantar el llanto, pocos sabían pero el había llegado allí hace pocas horas siendo según lo que escucho un "regalo" al nuevo Sultan, el no deseaba ser obligado a tal acto con un hombre al que no conocía en lo absoluto pero ya se había resignado a escapar.
La noche del baile el joven rubio no pudo dormir, el dolor consumía su pecho y sus ojos de rubí estaban rojos por el llanto no sabia porque estaba allí ni porque dios le había puesto un camino tan difícil pero ¿debía soportar ese lugar, o solo podía terminar con eso? acaso dios lo perdonaría si acababa con ese sufrimiento o lo rechazaría enviándolo al abismo del infierno, no lo sabia pero que mas podía hacer en ese lugar mas que lamentarse sin poder escapar y así pensó y pensó hasta que un pensamiento de venganza y horror volvió a su mente, la ira bombeaba por sus venas y las lagrimas ya no salían solo quería matarlos, que rueguen por sus vidas así como lo había echo su familia sin ser escuchados, estaba decidido el destino de esos malditos debía ser tan cruel como el mismísimo infierno, después de todo dios no existe en el corazón de los otomanos y debemos expiar sus pecados.
Al día siguiente el sol se asomo y el comportamiento del joven rubio mejoro drásticamente, ahora era una persona serena y obediente, sabía lo que debería hacer y no desaprovecharia esta oportunidad, las reglas del juego eran básicas y sencillas, gana te al sultan y serás una favorita, dale un hijo varon y seras sultana y luego tu diriges el juego, esa sera mi misión.
J- rápido, rápido fórmence, el Sultán está pasando-
Al escuchar esas palabras el joven rubio sabía que ese hombre era el que lo llevo hasta allí pero el era la clave de su venganza hacia ese lugar y lo que le hicieron a su familia, cuando agachó la cabeza ese hombre paso frente a el, no dudo el levantar la cabeza, y gritar.
B- Izuku!-
Todos quedaron paralizados ante tal osadía pues llamar por su nombre al Sultán es un delito que se castiga pero aún así nadie levanto la cabeza. Kats se quedó viendo a el Sultán durante varios segundos pues no podía creer que ese hombre tan majestuoso fuera un sultan y si le dijeran que ese hombre es un dios lo creería solo con verlo por un momento pensó en su venganza pero su corazón latía y a ese ritmo sabía perfectamente lo que significaba el debía vengarse pero ese hombre apareció en su camino como su enemigo o algo mas.
⚖️ 𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 Izuku ⚖️
Mi paso era acelerado pues debía atender un asunto urgente pero cuando pase frente y de mi harem pude oír como alguien gritaba mi nombre, al principio me sorprendí pues quién aria tal cosa pero cuando voltee pude ver al bailarín, era hermoso, mis ojos pudieron ver esos ojos color rojo vivo con un brillo tan puro que no pude sacar mi mirada de el, pero cuánto más lo observaba más me perdí en su cabello, su mirada, su piel tan blanca, todo de el era encantador y me maldije cuando recordé mi deber y retirarme del lugar sin poder ver a ese chico por más tiempo pero no podía detenerme solo por un doncel o si.
ESTÁS LEYENDO
𝑳𝒂 𝑺𝒖𝒍𝒕𝒂𝒏𝒂 𝑲𝒂𝒕𝒔𝒖𝒌𝒊
RomanceAce mucho tiempo atrás, específicamente en El imperio Otomano en la ciudad de Manosa en 1520 en septiembre abia fallecido un poderoso sultán y en ese mismo día su hijo, el príncipe Izuku Midorilla sería su sucesor. Izuku reclamo su puesto pero al mi...