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La música clásica comenzó a sonar, las paredes con tonalidades azules suaves, el pequeño jeon bailaba con su pequeña hermana entre sus brazos, ambos riendo y siendo delicados. Su madre los veía desde la puerta del salón, una sonrisa adornaba su cara. El pequeño Jungkook y su hermana menor siendo ellos mismos, los pies del menor danzaban en el piso siguiendo el ritmo de la melodía.

Su ambiente fue interrumpido por su padre, el pequeño dejo de bailar y le entrego a su madre la pequeña rose. Ella lo tomo y miro como su hijo menor corría hacia su padre.

-Arregla tus maletas, te vas - Hablo seriamente el conde jeon, haciendo que el pequeño se confundiera y temblara en su lugar.

- ¿De qué hablas padre? -Murmuro con terror.

-Arregla tus maletas Jungkook, no quiero a un marica como hijo.

Fue todo lo que salió de su boca y se dio la vuelta, el menor arreglo sus maletas sintiendo la presión en el pecho

¿Qué había hecho mal?

Tal vez había hecho mal el que no le gustara ir a ver a boxear a miles de hombres o el hecho de que amara tanto la jardinería o simplemente ser alguien delicado con ciertas cosas, era solo un niño. Sus maletas estaban listas, pronto llegaron por él y no se pudo despedir de su madre ni su hermana menor.

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Las luces de aquel lugar parecían muy desagradables, lo amarraron a una camilla y un doctor se acercó a él.

-Joven jeon, Que gusto tenerlo aquí- Pauso el doctor mirando su libreta de notas- No se preocupe en 13 años quedara como nuevo y le curaremos esa enfermedad, llévenlo a la sala de electroshock

Jungkook al escuchar eso comenzó a patalear tratando de librarse, pero esto era imposible el cuero rozando sus muñecas lo lastimaba cada vez que hacía algún tipo de movimiento brusco.

- ¡No, por favor no! - Gimió de dolor pues hacia presión en sus muñecas con las correas de fuerza- ¡NO ESTOY ENFERMO!

Jeon se encontraba sentado en la sala principal de la casa de sus padres, miro atentamente los cuadros pintados de su familia y como en cada uno de ellos él no estaba. Sus recuerdos eran vagos e inestables, sintió un pinchazo en su brazo izquierdo, pero no era nada solo eran reflejos de su cuerpo que estaba acostumbrado a aquellos tratamientos medievales como él les decía.

-Es tan grandioso tenerte de vuelta- Emitió su madre mirándolo fijamente en su rostro permanecía la misma sonrisa de siempre su cabello ya estaba llenándose de canas y su rostro de arrugas.

-También es bueno estar en casa-Sonrió un poco tratando de dejar esa amargura de sus recuerdos vagos. - Entonces, ¿El falleció? - Cuestiono el castaño mirando el retrato de su padre colgado en la pared.

-Sí, el falleció hace unos meses, no sabía cómo buscarte, pero gracias a tu tía abuela llegamos hacia ti, gracias por haber respondido la carta - Respondió su madre mirándolo con tanto amor.

-Entiendo, iré a descansar, fue un largo viaje- Jungkook se levantó y camino hasta la que aún era su habitación dejando a su madre sola en la sala de estar. Camino por el pasillo largo lleno de retratos y garrones con flores hasta llegar a su habitación la cual parecía no haber sido abierta desde que dejo su hogar.

Pensó en abrir la puerta o solo irse de ahí y pasar la noche fuera.

- ¿Por qué no la abres? -Murmuro su hermana menor detrás de él.

-Uh, Lo siento no sabía que estabas aquí - Digo el castaño mirando a nayeon, ella se parecía a su padre.

-A veces vengo aquí, sé que te fuiste antes de que yo naciera, así que no se mucho de ti -Pauso y comenzó a jugar con un mechón de su cabello para continuar- Rose me conto que te gustaba coser y cosas que hacen las mujeres y nuestro padre te mando a que te curaras- La voz de nayeon era cada vez más chillona haciendo que su querido hermano perdiera la paciencia.

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⏰ Última actualización: Dec 28, 2023 ⏰

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El Duque Kim (TKK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora