La fiesta del jardin

Taza de té

ॏ PRÓLOGO ॏ

ƸɜƷ

Lugar: Jardín de la familia Fine

Hora: 15:45

La costumbre en mi familia es tomar té antes de las cuatro de la tarde. El jardín siempre está en calma; el jazz suena con lentitud y calma mientras los pájaros cantan.

Mi gato está acostado sobre mis piernas, piernas que están cubiertas por la tela blanca de mi vestido. La vista desde el jardín es perfecta y el ver a mi padre leyendo el periódico, a mi madre feliz por las mariposas que la rodean, la vista es simplemente bella.

Mi gato se levanta y recorre un rato el jardín; una mariposa se posa en su nariz y él solo estornuda. Acomodo mi pelo negro y arranco un par de flores sin parame de mi silla para hacer una corona.

-"La nueva familia vecina quiere conocerte, North," me dijo mi madre, y mi padre volteó a mirarla con preocupación mientras partía un pedazo de pastel con su cuchara.

-"Iré a visitarlos mañana," dije.

-"No, mañana irás conmigo al bosque; tu madre necesita conejos para la cena," dijo mi padre.

No dije nada al respecto, pero al cerrar mis ojos, sentí el ruido de un balón pequeño caer casi a mi lado. Abrí mis ojos y miré al patio vecino.

-"Mi querido Leende, lleva ese pequeño balón a los vecinos."

Mi gato hizo caso al instante y cogió el balón en su pequeña boca. Con bastante agilidad, subió la valla que separaba los patios. El hombre mayor de la casa cogió la pelota, pero cuando estaba a punto de consentir a Leende, él se bajó y nuevamente se recostó en mis piernas.

"Gracias," dijo el vecino, quien tiró la pelota a uno de sus hijos. Mi madre solo escuchó y siguió tomando té.

La hora del té terminó, cogí un poco de torta que sobró y me peiné para verme mejor.

-"Leende, no entiendo por qué mi padre no me deja visitar a los vecinos," le dije a mi gato mientras salía de la casa y él me seguía.

-"Solo es una familia normal; además, se ven muy educados ¿no crees?," maulló Leende en respuesta.

-"Lo sé, hay que tener cuidado, pero una visita no hará daño."

Toqué el timbre de la casa mientras mi gato se sentaba al lado de mis piernas. Una señora no muy mayor abrió la puerta.

-"¿North?"

-"Sí, señora."

Cuando dije eso, la señora corrió a abrazarme. Entré a su casa y Leende me siguió el paso. Cuando entramos, pude notar que la casa era muy antigua y con muchos libros.

La señora me ofreció una taza de café, la cual acepté. Yo, por mi parte, le ofrecí un pedazo de torta que mi familia dejó de aquel encuentro.

"Un pastel muy delicioso... ¿Quién lo preparó?"

"Mi madre; hace pasteles para cada tarde."

Ella sonríe y se queda callada por un rato. Tomé despacio el café... estuve a punto de hablar, pero ella me ganó la palabra.

"¿Cómo se llama tu gato?"

"Leende," dije mirando a mi gato y consintiéndolo.

"¿Qué significa Leende?"

Yo sonreí ante la pregunta. "Leende significa 'sonriente' en sueco, porque él siempre sonreí."

Ella me mira con curiosidad.

-"North... ¿Tu gato sonríe?"

Yo la miré con extrañeza. - "Sí..."

Ella solo me mira con extrañeza y preocupación.

-"¿Dónde está mi camisa?" pregunta el hijo mayor.

-"Está lavándose," dijo la señora, aún mirándome.

Yo me preocupé un poco y decidí levantarme para irme de la casa.

-"Un café muy delicioso; espero que tengan feliz noche," Con una reverencia a la nobleza, me despedí de la mujer y su hijo.

Salí de casa con Leende a mi lado y caminé rápidamente hacia la mía. Entré con cuidado para no alertar a mi papá y subí las escaleras a mi cuarto. Vi a Leende subir conmigo y cerré la puerta de mi cuarto.

-"No entiendo, Leende, ¿Se supone que los gatos no sonríen?" Escuché cómo se subía a una barra alta donde habían libros. "La verdad, siento como si..."

Me quedé quieta un rato, mirando por mi ventana.

-"Como si estuviera loca..."

Giré mi cabeza y miré a Leende, quien me miraba con una sonrisa mientras movía sus patas de arriba abajo sentados en la barra.

-"No estás loca, North; solo... necesitas mucha locura para soportar una realidad," dijo Leende, mirándome fijamente con una amplia sonrisa.