Harry es un joven multimillonario y CEO de su propia empresa. En su mayoría, se mantiene a sí mismo, es severo y muy meticuloso cuando se trata de negocios. También le gusta mantener su vida personal muy privada por el bien de su recién nacido hijo...
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Poder es la primera palabra que se le viene a la cabeza cuando preguntan por el. Le siguen meticuloso, impulsado, calculador e impaciente. A los veintisiete años, había adquirido todo lo que había deseado y más. Harry Styles había superado sus propias expectativas.
"Señor Styles" fue saludado al bajar de su carro. Sus ojos permanecieron pegados a la pantalla de su teléfono, y siguió leyendo el correo electrónico entrante en su bandeja de entrada.
"Gracias, Patrick", agradeció al portero por sostener la puerta. El sonido de sus zapatos al golpear el suelo pulido resonó en el vestíbulo, alertando a todos de su llegada. Era muy estricto pero era para el mejor interés de la empresa. No era un imbécil, pero tenía expectativas altas para todos. Esperaba lo mejor de cada uno de sus empleados.
"Buenos días, señor Styles", Lily era la recepcionista de Styles Holding. Era joven y estaba completamente enamorada de Harry. Soñaba con salir con él. Desafortunadamente, nunca había pasado más allá de un saludo con él. Por lo general, estaba en su teléfono o corriendo para llegar a una reunión.
"Lily", Harry asintió en su dirección. Lily lo podía culpar. Tenía un horario ajustado y poco tiempo para socializar.
En el último piso, un vaso fresco de agua con hielo ya esperaba a Harry en su oficina. La reconocible montaña de contratos y documentos que tenía que revisar esperaba en su escritorio, llamando desesperadamente su atención.
"Señor Styles", Andrew Rider, el asistente y trabajador más confiable de Harry, lo esperaba en su oficina. Andrew estaba a cargo de todo lo relacionado con Harry. No importaba la hora del día; siempre respondía el teléfono cuando lo llamaban. Incluso le tenía la confianza para dejar sus trajes hechos a medida en su closet cuando no estaba en casa.
"Buenos días", Harry suspiró mientras enviaba finalmente el correo electrónico sobre su asistencia a una próxima gala. "Antes que nada. Pídele a Daniel que me traiga un café y algo para comer de ese lugar que me gusta". Su mañana había sido un caos. No había tenido tiempo para desayunar.
"Enseguida, señor", Andrew abrió la agenda del día, refrescando su mente sobre las cosas que debía repasar con él, después de enviar un mensaje de texto a Daniel. "¿Comenzamos ahora, señor?" Harry asintió mientras desabrochaba su saco y lo colgaba en el respaldo de su silla.
Cada día comenzaba igual. Andrew siempre lo ponía al tanto de todas las estadísticas relacionadas con la empresa, seguido de reuniones o mensajes que le habían dejado. Andrew iba rama por rama como cualquier otro día, y como cualquier otro día, se preparaba para salir corriendo de la oficina. En caso de que su reacción no fuera favorable y Harry estuviera disgustado con los resultados.
