He de confesar que los acontecimientos que le siguieron a mi confesión no me hacen sentir ni remotamente orgulloso de mi persona, ni mucho menos me dejan fuera de culpa, ya que tuve que haber dado un paso atrás (como siempre lo hago) cuando sentí que todo era un terrible error.
Ese día, llevaba en mi mano la carta que sabía que cambiaría absolutamente todo cuanto conocía y sentía. A su vez, sabía que mis palabras se adentrarían en la mente de la que se había vuelto la dueña de mi corazón.
Mis pies, que no se sentían de plomo como siempre, avanzaban por la acera hacía el lugar que un día nos había unido sin que yo lo esperara o en un principio lo deseara.
Una vez que el familiar olor a café invadió mis fosas nasales, comprendí que ya era demasiado tarde para arrepentirme de lo que había escrito y, para ser completamente honesto, no deseaba cambiar ni una sola palabra de lo que venía escrito en esa hoja.
Camino a paso decidido hacia el mostrador donde había dejado las otras cartas que le he escrito a ella y me dispongo a dársela a la mujer que recibe a los clientes, cuando.....
–¿Dereck?...-giro mi rostro hacia la dueña de la voz y lo observo con atención para comprobar si ese rostro lo he visto alguna vez, pero en efecto, jamás lo había visto.
–¿Sí?...-una pequeña risa escapa de sus labios y me deja completamente confundido porque realmente no sé qué es lo que ha causado ese efecto o si he sido yo el que lo ha causado.
–Aquí estás...-el fastidio comienza a invadir mi sistema, pero hago mi mayor esfuerzo por mantener la calma y la cordialidad para no decirle nada grosero.
–Me gustaría decir lo mismo si supiera quién es usted, así que por favor podría presentarse...-ella me regala una sonrisa amable y sin decir una sola palabra, baja su mirada hacia el bolso que lleva colgando de su brazo, para luego sacar un sobre.Es extraño como una parte de mí deseaba, profundamente, que en el cielo se vieran fuegos artificiales al descubrir quién era la otra persona que escribía todas esas palabras que me enamoraron perdidamente.
Sus mejillas eran pálidas, sus labios tan rojos como la sangre, sus ojos azules y hermosos analizaban cada uno de mis movimientos, que no eran demasiados, conforme cambiaba de postura mientras mi mente intentaba comprender qué era lo que estaba sucediendo en ese momento.
–Yo quería esperar a que vinieras aquí para entregarte esto personalmente y...-sin pensármelo dos veces o dudar de ese impulso que ha invadido mi sistema, doy tres enormes zancadas hacia ella y la envuelvo con mis brazos.
El aroma que emana de su cabello es dulce, el calor que brota de su piel es simplemente abrasador, cálido, suave y de alguna forma, transmite paz. Es ella, finalmente la he encontrado.
Me alejo un poco para mirarla a los ojos y percatarme de su sorpresa ante mi arrebato. Soy un completo idiota por dejarme guiar por los impulsos de mi corazón.
–Perdona, no quería...-sus ojos se llenan rápidamente de comprensión y me cortan las palabras de golpe.-es una realidad palpable que sí quería hacer esto...-eso le arranca una sonrisa dulce que me arrebata el aliento.
–Es increíble que esto esté sucediendo...-dice en un susurro antes de bajar la mirada al suelo y mantenerla ahí por unos segundos.-yo no imaginaba que...-sus ojos se levantan lentamente y se clavan en los míos, tal y como lo haría un personaje literario escrito por una joven.-esto es como un sueño hecho realidad y no quiero despertar jamás...-la acción que le siguió a sus palabras me tomó por sorpresa y me dejó helado, dudoso y con la mente en blanco.Sus suaves labios tocaron los míos con bastante precaución, con duda y quizás miedo de que me quitara de ese arranque de pasión que tuvo, pero lo único que logré hacer fue llevar mis manos a sus caderas y disfrutar del suave acto de amor que decidió enseñarme.
De alguna forma siento que todo es un sueño o alguna especie de realidad alterna en la que me han introducido después de tanta porquería que he vivido. Sin embargo, una fuerza externa me hace alejarme de ella en un movimiento brusco que la hace mirarme extrañada.
–Hay tanto que deseo decirte, pero ahora mismo no tengo tiempo y siento que si te dejo ir, si me doy la vuelta para salir al mundo exterior lleno de mierda, vas a desaparecer en el aire como la ilusión que me he hecho un millón de veces contigo...-ella cubre mis labios con su mano y me regala una sonrisa tierna que se siente como una caricia al alma.
–Estaré esperándote por la tarde en este lugar, ¿de acuerdo?...-sus palabras le dan a mi alma la seguridad que necesitaba para seguir con mi rutina de hoy.
–Aquí estaré...-digo en un susurro antes de alejarme de ella para avanzar hacia la salida, más algo se arremolina en mi garganta y pide a gritos salir por mi boca.-oye...-digo girando en mi sitio para mirarla nuevamente.-eres todo lo que había imaginado...-digo antes de regalarle una pequeña sonrisa de joven estúpido y enamorado.Antes de que diga algo, giro nuevamente y salgo de la cafetería con el corazón palpitando a toda velocidad contra mis costillas y mi mente volando en tantas direcciones que no logro enfocarme en una sola.
Las palabras que mi madre me dijo después de que me casé resuenan en mi mente como el himno nacional y de alguna forma me hace sentir que por fin tienen sentido, que por fin ha zarpado el bote hacia lo desconocido que tanto había añorado.
Alzo la mirada al cielo, en un extraño arranque de felicidad, confusión, terror e incluso duda hacía lo que estaba a punto de hacer, pero mi determinación provocó que de mis labios saliera un "Gracias" al Dios que escuchaba el llanto desesperado de mi corazón enamorado.
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Mi querido profesor. ♡
Romance"Todas las grandes historias comienzan en el final de un desastre y esta no era la excepción a la regla." El profesor Dereck Emerson era ese hombre callado y solitario al que todas las mujeres buscaban, más del que toda persona con cerebro y un cel...