IsaRin tóxico

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Isagi era muy amable, lo cual provocaba que hiciera amigos con facilidad; Rin era todo lo contrario, aun así, los dos se habían enamorado, iniciando una relación.

Isagi tenía varios amigos cercanos, algunos lo eran tanto que a Rin le molestaba. Le irritaba que Bachira no pareciera conocer el espacio personal, que Chigiri siempre recurriera a Isagi por consejos, que Barou fuera diferente con él; cada vez le agradaban menos los amigos de su novio, pero tampoco podía decir nada en contra de ellos. Mientras Isagi compartía con su grupo de amigos, Rin solo podía acudir a su hermano, con el cual ya había arreglado sus problemas.

Rin no iba a aceptar jamás que estaba celoso, prefería guardarse lo que le molestaba, lo cual tarde o temprano afectaría negativamente en su relación.

Isagi se estaba preparando para salir, aún no le avisaba a Rin sobre su reunión nocturna con sus amigos, pronto lo haría, pero Rin ya lo sabía. Mientras Isagi estaba en el baño, Rin había roto su confianza, había revisado su celular. En cuanto Isagi ya estuvo listo para avisarle a su novio de su salida, no lo encontró en la sala de estar; tomó su celular que estaba siendo bombardeado de mensajes, al revisar su chat se encontró con algo que él no había escrito.

"Lo siento, chicos. No podré ir".

Isagi fue directo a su habitación, donde se encontró a Rin sentado sobre la cama.

—¿Te metiste a mi teléfono, Rin? —Su voz sonó molesta.

El nombrado no dijo nada, solo se levantó y lo tiró de los brazos con fuerza, empujándolo sobre la cama y subiéndose sobre él.

—Solo les avisé en tu lugar, no le veo el problema. —Rin lo miró con mucha seriedad.
—¿Rin?
—Estoy harto, Isagi. ¿A cuál de ellos te estás cogiendo?
—¿Eh?
—¿Es a Bachira? Sé que algo tienen, por algo siempre se te pega tanto.

Rin estaba cegado por los celos, después de guardarse tantas cosas, al fin estaba explotando, pero haber tardado tanto estaba siendo perjudicial. Lo que Rin no sabía era que Isagi también estaba guardando muchas cosas.

—¿Qué me dices de tu hermano, Rin? —Isagi lo miró con mucha seriedad—. No es normal la relación que ustedes tienen.
—¿Disculpa?
—Tú siempre te la pasas detrás de él, como si solo tuvieras ojos para Sae.

Rin siguió manteniendo su cuerpo sobre el de Isagi, sin despegar su mirada tensa de él. Los dos estaban resentidos, nunca habían hablado de las cosas que les provocaban inseguridades y ahora pagaban las consecuencias. Solo tenían dos opciones: comunicarse adecuadamente o dejarse dominar por aquella emoción enfermiza que se había desarrollado por culpa de los celos tóxicos. Lo que fuera que decidieran, iba a terminar con ellos encerrados en la habitación toda la noche.

Celos tóxicos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora