Del rocio de la mañana
obtengo el suspiro.
Elevó mi alma,
mantengo el sonido.
Pues la melodía inicia
con un nuevo sol,
con la esperanza viva,
con la voz de mi corazón
¡Ay vida nueva!
Permíteme cambiar
Todo aquello que me duele
Y que no he sabido sanar.
Cubreme con el olivido,
Rociame de verdad,
Que un nuevo día comienza
Y quiero despertar.