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Soy una mujer madura, exitosa, inteligente y hermosa, con una vida perfecta, la vida que cualquier otra mujer, mmm no. Más bien que cualquier persona quisiera tener, soy doctora en bioquímica, tengo reconocimientos en varias revistas y blogs científicos, también tengo maestría en Administración de empresas. Actualmente, me encuentro dando clases en una de las universidades privadas más prestigiosas del país y tengo una pequeña franquicia de ropa donde desempeño mis conocimientos de LAE, por lo tanto estoy ejerciendo ambas carreras, estoy casada hace 9 años, nunca he visto a otro hombre, como miro a mi marido, es un hombre guapo, trabajador y atento, nos conocimos en la universidad, aunque el es abogado, tuvimos una materia en común, ahí lo conocí y caí enamorada. Todavía no tenemos hijos, espero pronto tenerlos, tengo 34 años y comienzo a aburrirme de la rutina, casa-oficina-escuela.

Hace tiempo que hemos perdido la pasión, Richard de unos meses para acá, comenzó a ser distante, el trabajo aumento y su pretexto siempre es el mismo "mujer, estoy cansado". Yo también he estado cansada, pero sé que para mantener el amor entre nosotros, debe existir la intimidad de pareja, me siento vieja y descuidada por mi esposo, físicamente me veo radiante, pero sentimentalmente, no puedo decir lo mismo.

Mi cabeza era un sinfín de ideas para recuperar esa pasión, cuando uno de mis alumnos tocó la puerta, era Susana, una joven rubia, ojos azules, digamos que es la típica chica hermosa de Inglaterra, tenía los ojos rojos, signo de que había llorado, no me importaba en lo absoluto, tengo ya muchos problemas en casa, como para preocuparme por los de mis estudiantes, pero como exige la moral docente, tuve que preguntarle si estaba bien.

-Susana, ¿Qué pasó? ¿Estás bien? – intenté ser cálida, con la esperanza que me dijera que no le pasaba nada.

- mi novio es un tonto, me enteré que me fue infiel y por eso hace meses no me veía.

Oh rayos, mi ansiedad se activó, mientras me contaba su historia, se parecía un poco a lo que yo estaba viviendo, podía relacionar sus sentimientos con los míos y es por eso que no me gusta escuchar los problemas ajenos, le dije algunas palabras de aliento, lo típico, que lo dejara, que era un tonto y que ella valía mucho, se sintió mejor y sus compañeros regresaron, ya que había terminado el pequeño receso y debíamos regresar a la clase, como era el primer semestre, les estoy impartiendo Álgebra, les pedí que sacaran sus libretas, y anote unos ejercicios en el pizarrón, cuando nuevamente fui interrumpida

-Miss Morteo...

-Dígame directora

Detrás de ella estaba un chico alto, muy alto, delgado, labios finos, una piel un poco pálida, su cabello era de color pelirrojo un poco cobrizo, tenía una expresión seria, pero en sus ojos podía ver que tenía una personalidad de "lo que quiero, lo obtengo" como docente, son cosas que aprendes con los años.

-Él es joven Phelps, no pudo integrarse antes, pero hoy será su nuevo alumno

Lo miré y esté sonrió, le pedí que pasará y le di las gracias, continúe mi clase, las chicas no dejaban de mirar al joven, le hablaban en susurro, él las ignoraba pero no podía dejar de escuchar que musitaban lo "guapo" que era, cosa que era un poco molesto, porque sentía que sus miradas y comentarios lo acosaban y es algo que no permitiría.

-Bien joven Phelps, ya que las chicas tienen mucho interés en saber un poco más de usted, podría presentarse, decirnos de donde viene, si es su segunda licenciatura, ect.

las chicas se sonrienron entre ellas, el joven se puso de pie y comenzó a presentarse.

-Mi nombre es James Phelps, tengo 23 años, está es mi segunda licenciatura, estoy entrando en la segunda semana de semestre, porque estaba arreglando los papeles de la primera, espero llevarme bien con todos y especialmente que me dejen trabajar tranquilo

dicho esto miro a un grupo de señoritas que no dejaban de susurrar piropos, les regaló una sonrisa y se sentó. 

-gracias James, por favor en cuanto tengas un momento libre del día, búscame en mi cubículo, ahí te daré los temas  y ejercicios que hemos visto en estás dos semanas

-sí, disculpe pero ¿dónde está?

-yo le puedo enseñar, profesora. debo entregarle unas actividades pendientes y así aprovecho el viaje

-gracias Carolina, los veo en un rato, ahora pónganse a trabajar, porque van muy atrasados

las dos horas de clase transcurrieron normal, mientras me iba a mi cubículo, le envié un mensaje a mi esposo, hoy teníamos una cena con mis padres, quería confirmar que sí iría, guarde mi teléfono, ya que sabía que no respondería rápido, en estos últimos días respondía cada 1 o 2 horas. saqué otros materiales que debía ver con mis alumnos de quinto en el laboratorio, casi no me gustaba ir, estaba el salón lejos de los demás edificios, se debía caminar un poco más de lo normal, parecía una cueva y creo que solo iba mi grupo y yo en todo el día, después ni un alma, cuando recién entre, en varías ocasiones fantaseaba con la idea de tener un encuentro algo intimo con mi esposo en ese salón, pero mis principios éticos y la indiferencia de Richard borraron toda posibilidad.

Miss ✨James Phelps y tú ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora