Especial: Fireworks

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Christopher apagó su motocicleta y se sacó el casco para poder peinar sus alocados rizos negros, bajó del vehículo y guardó su chasco en el compartimento del asiento.

Se adentró en la feria mirando un par de puestos con comida, juegos y otras tradiciones de la época, la víspera de año nuevo era celebrada a lo grande en la ciudad y muchos aprovechaban para impulsar sus negocios o pasar tiempo con su familia y amigos.

En su caso, salir con su precioso bebé.

Ya llevaba un mes cortejando a Seungmin y puede afirmar que cada día está más enamorado del menor, desde su bonita sonrisa hasta su dulce personalidad lo tenían completamente loco por él.

Y le encantaba, amaba estar loquito por el castañito.

A lo lejos vio un pequeño puesto de flores donde una sonriente Omega algo mayor entregaba un ramo de crisantemos a una chica a quien reverenció sonriente y corrió emocionada hacia una pequeña rubia y darle el ramo, haciendo sonreír a la chica y recibir un suave besito a cambio.

Definitivamente Chris quería su besito de recompensa.

Trotó con algo de prisa hacia el puesto llamando la atención de la mujer que lo atendía, quien sonrió al ver al joven Alfa mirando las flores con curiosidad y emoción brotando con su aroma.

"Que lindo es el amor joven" pensó la peligris antes de, finalmente, dirigirse al pelo ergo.

—Buscas algo en especial?— El ojimiel se sobresaltó y miró a la mujer que le sonreía con ternura, por lo que le devolvió la sonrisa algo avergonzado.

—B-Bueno yo...— Las mejillas del chico se tiñeron de rosa al escuchar la suave risa de la Omega, suspiró rendido y volvió a hablar— encontré a mi Omega destinado y lo he empezado a cortejar hace casi un mes... hoy lo invité a ver los fuegos artificiales aquí y ha aceptado, así que quiero darle la cita más romántica y cursi de todas— Explicó intentando no ponerse nervioso.

La peligris soltó un pequeño "aw" al escuchar el relato del Alfa y le sonrió con ternura, era bien sabido que cuando los destinados se encuentran, tanto ellos como sus lobos conectaban a un nivel incomprensible para el resto. Ella misma llevaba ya treinta años casada con su destinado y había visto cientas de parejas destinadas que iban a verla para comprarle un detalle a sus amores.

Sin embargo y en todos sus años, jamás había visto a alguien tan enamorado de su destinado incluso sin estar en una relación formal aún.

—Te gustaría llevarle alguna flor?— El pelinegro alzó la mirada y asintió efusivamente, sacándole una risita a la mayor— bien, tienes alguna en mente, o hay algo que te gustaría expresar a través de esta?

Christopher se quedó en blanco, no tenía ni idea de flores y no sabía cuales eran las favoritas del menor por lo que no podía jugar esa carta. Suspiró algo triste al no saber por lo que simplemente negó ante la pregunta de la Omega.

—No tengo idea sobre flores...— Confesó avergonzado y con la vista en el suelo— p-pero realmente quiero regalarle algo, quiero que sepa que siempre voy a estar para él y que... y que es lo más importante que tengo en mi vida— Se sonrojó un poco tras exteriorizar sus pensamientos con alguien que no era de su confianza, avergonzándose por ello.

Los ojos de la peligris estaban cristalizados y su corazón se estrujó por la ternura que le causaba el menor, por lo que se volteó hacia dentro de su puesto y sacó una preciosa rosa negra para luego volver con el Alfa que la miraba con curiosidad.

—Aquí— Le enseñó a flor mientras acariciaba sus pétalos con suavidad— la rosa negra suele ser asociada con el luto, el dolor y la muerte... sin embargo, cuando hablamos de amor, las rosas negras significan amor verdadero y eterno; simboliza un compromiso que va más allá de lo físico, es una conexión espiritual que se puede explicar o expresar como "eres mío o mía por siempre"— Explicó, viendo como los miedos orbes de Christopher brillaban emocionados, seguramente imaginando lo bien que quedaba esa flor con su pareja.

Pvto (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora