La batalla eterna

Prólogo

Sonó la sirena, una sirena que indicaba lo contrario a buenas noticias. Lao me lanzó una mirada heladora capaz de contagiarte la preocupación y sin necesidad de decirlo salimos del despacho concluyendo la reunión por ahora. Llegamos lo más rápido posible al anillo número 5, la ira y pereza. Allí nos encontramos al resto de nuestros hermanos, los cuales formaban una bola alrededor de algo o alguien que jadeaba de dolor.

-¡ESTO TIENE QUE SER UNA BROMA, COMO COÑO SE ATREVE! —se le escuchó gritar llena de ira a Cala, la mayor de todos y encargada del limbo.

-¿Qué ha pasado? —preguntó Lao, encargado del anillo de la violencia, abriéndonos paso a ambos entre nuestros hermanos.

La imagen fue impactante. Cozbi y Myra, nuestras hermanas menores y encargadas del anillo en el que nos encontrábamos, se encontraban tumbadas en un amplio sofá y siendo cosidas la cuenca del ojo izquierdo de Myra y la derecha de Cozbi, en las cuales se encontraban sus ojos ya inexistentes, ojos oscuros como la noche.

-¡¿Cómo ha pasado eso?! ¡¿Quién se ha atrevido a hacer eso a dos niñas?! —grite corriendo para acercarme a mis hermanas y acariciar sus rostros.

-Ha sido Conor —respondió mi hermana Caria, encargada del anillo de la herejía.

-Las cabronas de nuestras hermanitas con alas de ensueño o un cabronazo de los ángeles le prometió un sitio en el cielo con su nombre y las mismas alas de mierda por hacer esto, y luego se les considera puros —añadió Zhu tan sereno como siempre, pero con una mirada asesina fija hacia el suelo.

-Esto no puede ser... tenemos que hacer algo, ¿avisamos a papá? Seguro que sabe qué hacer. —Comentó John, el demonio encargado del octavo anillo, aun dolido al ver a sus hermanas en ese estado junto a la aprobación de Evelyn, el demonio que estaba junto a él en dicho anillo, siendo ella la representante de la envidia.

-Una mierda, tengo una idea mucho mejor... —respondió Cala un poco más tranquila y pensativa, acompañada de una sonrisa malévola que te intimidaba hasta el último rincón de tu cuerpo y alma.La conozco muy bien y sé que cuando sonríe así quiere decir que tiene entre manos un plan perfecto.

-¿Qué tienes entre manos, Cala? —pregunté curioso, acercándome a ella. —Conozco una mirada llena de impurezas, nada más verla...

-Que menos viniendo de Lin, el encargado del anillo de la lujuria lleno de pensamientos impuros. —me contestó Cala. —Pero ya os lo contaré más adelante...