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Zoro soltó un suspiro entrecortado, incapaz de apartar la vista. Bien, lo siguiente... necesitaba hacer una férula improvisada. Lo último que quería era que las cosas volvieran a salirse de su lugar. No estaba seguro de poder soportar hacer esto una segunda vez.
Sin perder tiempo, buscó los primeros palos resistentes que pudo encontrar. Le tomó casi media hora hacer todo, pero finalmente tenía su pañuelo envuelto firmemente alrededor de la pierna y los palos del rubio. Fue duro, eso era seguro, pero aguantaría hasta que pudieran regresar al barco. Tendría que bastar. Lo único que le preocupaba era el hecho de que Sanji permaneciera inconsciente durante todo esto. Su respiración era buena y su pulso también, al menos.
Por mucho que quisiera esperar a que curls despertara para asegurarse de que estaba bien, la idea de permanecer tan cerca de ese agujero lo inquietaba. La razón principal es que no era natural, alguien tuvo que haberlo puesto allí. Fue una trampa, y además exitosa. Quien lo plantó sabía claramente lo que estaba haciendo.
respiró hondo y se puso de pie.
-"Muy bien, vámonos" - suspiró. No tenía idea de cómo iba a hacer esto.
Pase lo que pase, sería incómodo para ambos. Entonces, sin mejor opción, se inclinó y rodeó la cintura del cocinero con su brazo. Una vez más, se sintió aliviado de haber sido noqueado cuando su pierna fue arrastrada no muy suavemente por el suelo mientras lo levantaban sobre el hombro del espadachín. Sólo hubo un pequeño gemido, pero aparte de eso, el hombre no emitió ningún otro sonido.
Ahora, la cuestión principal era... ¿adónde diablos se suponía que debía ir desde aquí? Se quedó allí un par de minutos, mirando a su alrededor y considerando sus opciones. Sólo había un camino que sabía que no debía tomar. Golpeó con el pie; sólo estaba perdiendo el tiempo parado allí.
Inhalando profundamente, finalmente eligió una dirección y la siguió. Es mejor improvisar y tener la oportunidad de seguir el camino correcto que quedarse allí durante horas hasta que se ponga el sol. Cada paso que daba empujaba su brazo, causando una mueca ocasional, pero lo soportó, no era nada que no pudiera manejar. Para ser honesto, estaba más concentrado en asegurarse de que Sanji no rebotara demasiado, así como en escuchar cada su respiración, esperando un problema o alguna indicación de que estaba empezando a recuperarse.
Por supuesto, no hubo tanta suerte y el tiempo pasaba rápidamente. Para cuando el cielo se oscureció, peliverde estaba empezando a agotarse y todavía no tenía idea de dónde estaban. Necesitaba desesperadamente un descanso.
Lentamente resoplando, cuidadosamente bajó a su compañero de su hombro y lo tumbó en el suelo. Hubo un gemido bajo, casi inaudible mientras lo hacía. Mirando de cerca, pudo ver un par de dedos del cocinero temblar y su rostro se contrajo de incomodidad. Se dejó caer al suelo mientras observaba al hombre darse la vuelta lentamente. Y poco a poco fue así. El tipo parecía luchar lo más fuerte que podía para permanecer inconsciente, pero el dolor lo sacaba de su ensueño pacífico.
