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Los asentamientos de las sirenas solían estar en aguas relativamente superficiales, no estaban en rincones profundos del océano para permitir que sus hogares fueran alcanzados por la luz del sol y que sus cultivos y pequeñas granjas pudieran prosperar sin dificultad. Normalmente había asentamientos de otras especies cerca, tanto de animales como otras criaturas mágicas de las que podían sacar provecho mutuamente debido a sus habilidades.

Rui nadaba rápidamente en completa oscuridad, pero no es nada que nunca haya hecho antes. Sus viajes periódicos a la superficie han sido suficientes como para ya estar acostumbrado a nadar a ciegas, además de haber memorizado todos los caminos necesarios para sus aventuras y tareas. Últimamente, seguía la misma ruta de la superficie a su hogar a diario, nadie lo notaba más que su mejor amiga, quien siempre lo esperaba en la pequeña casa que ambos compartían, pero ella nunca hacía preguntas al respecto.

Mientras se deslizaba ágilmente por el agua, pensaba en lo extraño que fue su encuentro con Tsukasa. Se sentía un poco extraño, conocer a alguien como Tsukasa le parecía raro, y eso lo hizo sentir nervioso. La parte final de su conversación le hizo darse cuenta de lo solo que ha estado durante años, y lo mucho disfrutó esas pocas horas que estuvieron juntos. Era una lástima que ese encuentro haya estado completamente planeado...

Por ella.

Con el sol completamente puesto, la oscuridad rodeaba todo a su alrededor, y ya no podía ver el mundo humano desde el fondo submarino. El reino de los tritones estaba lleno del sonido de las olas golpeando contra las rocas, y Rui sentía que su corazón latía más rápido cada vez que recordaba la conversación que tuvo con Tsukasa. Una sensación desagradable llenaba su estómago. Se sentía enfermo e inquieto. No era su primer encuentro con un humano, pero no puede negar que ha sido el más agradable hasta ahora y el único que le importaba tener, encontró a alguien nuevo con quien hablar después de tanto tiempo estando casi completamente solo.

Eso solo empeoraba las cosas.

A pesar de que debería prestar atención a su entorno, Rui no pudo evitar sonreír un poco mientras sus pensamientos se llenaban con Tsukasa. Mientras nadaba y las suaves corrientes del mar acariciaba de manera familiar su cuerpo, Rui sentía una extraña sensación de confort, casi como ser abrazado. Su mente se llenaba de todos los recuerdos que tiene del Príncipe y sus primeras impresión de él, un chico brillante y cálido como la luz del sol que tanto le gustaba admirar. Para Rui, Tsukasa era a simple vista alguien muy alegre y optimista, con una sonrisa hermosa que deslumbraba a cualquiera que la vea a kilómetros de distancia, nunca esperó que por dentro, un chico tan brillante estuviera tan desolado. Esto hizo que Rui sintiera curiosidad por este humano solitario, y cómo podría hacer que su próximo encuentro fuese más entretenido. Le gustaba tener cerca a Tsukasa, no podía negarlo.

Después de un rato llegó hasta una especie de claro rodeado con rocas puntiagudas, bastante alejado de cualquier tipo de asentamiento submarino y solamente iluminado por los escasos toques de luz que la luna producía por sobre la superficie, dándole un aspecto triste y desolado a la pequeña choza que se encontraba en el centro de la pequeña muralla de rocas. A su alrededor no había nada más que arena y un par de algas sueltas flotando sin rumbo. Se acercó lentamente, realmente no tenía ganas de estar ahí, pero se veía en la obligación de dar su informe a aquella óctalida que tanto despreciaba.

Estando frente a la puerta (que en realidad solo era una cortina de algas), esperó un par de segundos hasta que una joven de cabellos oscuros salió con un rostro desprovisto de emociones. Rui abrió la boca para hablar, pero la chica lo interrumpió llevando un dedo a sus labios por un par de segundos, el tritón se congeló unos segundos hasta que ella señaló fuera de la muralla de rocas y comenzó a arrastrarse hacia la salida con sus tentáculos. El peli morado la siguió en silencio un poco confundido, pero una vez estuvieron fuera del refugio, intentó preguntarle qué estaba sucediendo.

Meant To Be (EDITANDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora